La mayoría de los votantes republicanos quiere mantener las políticas de apertura hacia Cuba del expresidente Barack Obama, según un sondeo publicado hoy por Engage Cuba, organización favorable al acercamiento bilateral.
El 64% de los votantes republicanos apoyan mantener los cambios que efectuó Obama en la política de EEUU hacia Cuba, mientras que solo el 22% se opone, de acuerdo con la encuesta, hecha entre el 23 y el 25 de mayo a 1.973 electores.
Esa cifra es similar a la del conjunto del país, ya que el 65% de los votantes estadounidenses apoya continuar con la política de Obama, frente al 18% que se opone.
Preguntados sobre el levantamiento del embargo comercial y financiero hacia Cuba -algo que depende del Congreso, controlado por los republicanos-, el 55% de los votantes de ese partido lo apoyan, frente al 26% que se oponen.
Respecto a ese tema, el 61% se mostraron a favor y el 19% en contra, según el estudio, elaborado por la empresa Morning Consult y con un margen de error del 2 por ciento.
“Es raro en este ambiente político envenenado que haya un asunto que una a republicanos, demócratas e independientes. El apoyo arrollador del pueblo estadounidense para continuar la política de relación con Cuba debe servir como señal de alerta al presidente Trump”, indicó el presidente de Engage Cuba, James Williams, en una nota.
La decisión de “dar marcha atrás en estas políticas que tienen un apoyo arrollador” solo significaría, opinó, que existe “una política de habitación trasera de la peor”.
“Los intereses personales y políticos de dos miembros del Congreso no deberían pesar más que la voluntad del pueblo estadounidense y que los mejores intereses de los cubanos de la isla”, agregó.
Aunque falta la confirmación oficial, se prevé que Trump anuncie este viernes en Miami (Florida) una serie de cambios a la política hacia Cuba que podrían endurecer las condiciones para el comercio y los viajes de estadounidenses a la isla.
La cadena ABC informó el viernes de que el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca se reunió ese día para llegar a un acuerdo final sobre las propuestas que le hará llegar a Trump.
Al llegar al poder en enero, Trump ordenó a su equipo hacer una revisión integral de la política de apertura a Cuba impuesta a partir de diciembre de 2014 por Obama.
Entre los cambios que se barajan está la prohibición a empresas estadounidenses de negociar con entidades que estén vinculadas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, y la posibilidad de imponer más restricciones a los viajes de estadounidenses a la isla.
También es probable que Trump anule la directiva presidencial que Obama emitió en 2016 con el objetivo de afianzar su política, y que servía como guía para que el Gobierno tuviera clara la responsabilidad de cada agencia en la nueva relación con Cuba.
Aunque Trump no se está planteando romper las relaciones ni cerrar la embajada en Cuba, los cambios barajados están lejos de ser meramente simbólicos, según las fuentes consultadas por Efe a finales de mayo.