El Movimiento Verde, que agrupa a decenas de organizaciones populares de la sociedad civil, integradas mayormente por hombres y mujeres de la clase media, (baja, media y hasta alta) va creciendo como la verdolaga y sube por la conciencia de la gene como la hiedra hasta alcanzar dimensiones impresionantes que la clase política tradicional jamás imaginó.
Ante la ausencia de una oposición responsable y verdadera que enfrente los desmanes del gobierno y del partido que lo sustenta (PLD), los ciudadanos buscan otras alternativas para hacerse representar y respetar creando sus propias organizaciones de donde surgen nuevos dirigentes y nuevos líderes.
Es la dinámica social. Los espacios políticos no pueden quedar vacíos. Alguien los ocupa y los llena, con más fuerzas, con más bríos, con más determinación.
El Movimiento Verde es ya una realidad, como lo fue el Movimiento Amarillo del 4% para la Educación donde participaron sectores muy conservadores que no tenían más pretensiones que las alcanzadas y desapareció dejando su impronta.
Los Verdes reclaman el cese de la impunidad. No más corrupción. Y esos objetivos en sí mismos tienen una naturaleza política no partidaria. Sin embargo es un avance significativo, un rompimiento con la anomia social que tenía paralizados todos los actos de protesta y que le permitían al gobierno continuar silenciando todo descontento popular.
Repito: El Movimiento Verde es una respuesta al gobierno, pero más que eso, a los partidos y sus dirigentes, sobre todo al PRM que considera que las “ruedas de prensa”, las “notas de prensa” y las “declaraciones de prensa” hacen oposición. (Una prensa que no controlan; una prensa en manos del gobierno a través de contratos millonarios grado a grado, la publicidad, la propaganda, la dirección de impuestos, Aduanas, etc.)
La marcha de San Francisco de Macorís es un ejemplo de lo que sucede en la conciencia del pueblo. Miles de hombres y mujeres de todas las edades, mayormente jóvenes, acudieron a la cita desafiando el clima (llovía persiste y copiosamente), a los policías y militares intimidantes, a las autoridades municipales, a la prensa y las bocinas. La marcha se dio. Y en grande. San Francisco de Macorís, pueblo aguerrido con una historia de luchas populares ensangrentadas (fue uno de los pocos pueblos que se levantó en armas durante la revolución de Abril) volvió a dar un ejemplo de dignidad y decoro.
Los verdes pintaron de verde el pueblo. Un mar de hombres y mujeres llenaron de esperanza la conciencia gritando ¡no más impunidad! ¡No más corrupción! ¡A la cárcel los ladrones! ¡Se estremeció San Francisco de Macorís! ¡Se estremeció el país!
El Movimiento Verde seguirá creciendo, seguirá luchando. Ya nadie puede ignorarlo. Ahora los enemigos querrán destruirlo, desacreditarlo y minimizarlo. Es responsabilidad de los dirigentes impedirlo, actuando “con razón, con ventaja y sin sobrepasarse”, como decía Mao Tse-Tung (Mao Zedong, modernamente)
“Con razón, con ventaja y sin sobrepasarse”. Sabio consejo del hombre que organizó y dirigió una de las revoluciones más importantes de la historia de la humanidad. El radicalismo, ni el “galloloquísmo” deben tener espacio en el Movimiento Verde para que pueda continuar ganando terreno y calidad moral, porque la lucha apenas comienza. ¿Verdad, Ricardo Nieves?