“Fc Barcelona – Zaragoza” (CC BY 2.0) by Oh-Barcelona.com
Una de las frases más comunes empleadas por los entrenadores es que el fútbol es de los jugadores. En el último encuentro de la Champions League disputado por el FC Barcelona en el Camp Nou, esta afirmación se puso de manifiesto de una manera evidente, siendo el conjunto de Ernesto Valverde un equipo con pocas ideas ofensivas ante un planteamiento estratégico del Slavia Praga valiente y decidido, interpretado a las mil maravillas por los futbolistas del equipo checo.
El conjunto entrenado por Jindrich Trpisovski es el líder de la liga checa, invicto hasta la fecha, pero en la máxima competición europea todavía no conoce la victoria. Eso no le resta un ápice al mérito de su equipo, que protagonizó un encuentro para enmarcar ante uno de los clubes con más éxitos deportivos y uno de los favoritos en los pronósticos a ganador de la UEFA Champions League esta temporada.
Quizá una de las razones por la que el FC Barcelona es uno de los principales candidatos al título ha sido el fichaje de Antoine Griezmann, el cual parecía estar destinado a completar el mejor tridente ofensivo de Europa junto a Luis Suárez y Leo Messi, pero por el momento, el francés no parece haberse acoplado al conjunto blaugrana, y la relación entre él y Messi no parece haber comenzado con buen pie.
Nula asociación entre ellos
Leo Messi es para casi todos los expertos en este deporte el mejor jugador del mundo, y no solo por los goles que materializa temporada tras temporada, sino por el número de asistencias que reparte a sus compañeros y las múltiples asociaciones con ellos cada vez que recibe la pelota el astro argentino.
En su último partido de la champions frente al Slavia, Leo Messi dio 44 pases, de los cuales, solo 4 fueron a Antoine Griezmann. Peor es el dato del francés, que de 32 veces que busco a un compañero, tan solo en una el receptor fue Leo. Dato revelador que refleja el nulo entendimiento entre estos dos jugadores, y que puede explicar el por qué el FC Barcelona no pudo superar al equipo checo, colista de grupo.
Mal ambiente que trasciende al aficionado
Si los jugadores no conectan entre sí, el equipo juega peor, si el equipo juega peor, los resultados no suelen acompañar, y si los resultados no acompañan, los equipos fracasan. Esto es lo que le espera al FC Barcelona si Ernesto Valverde no es capaz de revertir esta situación. Conseguir una buena sintonía de ese tridente ofensivo debe ser a partir de ahora su máxima meta, con el plan alternativo de conseguir la mejor versión de Ousmane Dembélé o la confirmación como estrella de Ansu Fati, todavía en edad juvenil.
La peor noticia es que este mal ambiente que se respira en el césped ha trascendido a la grada, que silbó a su equipo en el último partido, expresando su disconformidad con el resultado, pero también con el juego desplegado por el conjunto blaugrana.
Deberá mejorar el FC Barcelona para lo que le resta de fase de grupos, puesto que Inter de Milán y Borussia Dortmund no serán tan inocentes de cara a la puerta rival como lo fue el Slavia de Praga en el Camp Nou.