Las 16 centrales hidroeléctricas de carbón en Texas contaminan las aguas subterráneas del estado con elementos tóxicos como el arsénico o plomo a niveles superiores a los permitidos, de acuerdo a un reporte difundido hoy por un grupo ambientalista.
“Hallamos contaminantes en todos los lugares donde miramos, desde acuíferos hasta centros de esparcimiento donde la población practica la pesca recreativa”, señaló Abel Russ, uno de los autores del reporte y abogado con del grupo Enviromental Integrity Project (EIP), en un comunicado.
El informe asegura las plantas texanas emiten arsénico, plomo, bario, cobalto, litio y otros productos químicos tóxicos a las aguas subterráneas, que se han convertido en insalubres para el consumo humano.
Los resultados confirman, señala el reporte, que desechar grandes volúmenes de “basura tóxica en fosas inadecuadas son una pésima idea y empeorará el ecosistema” si las plantas hidroeléctricas en Texas no buscan alternativas “más viables para el vertido de las cenizas generadas por la combustión del carbón”.
Doce plantas concentran más de 100 microgramos por litro de arsénico cerca de aguas subterráneas, cifra que es 10 veces mayor al nivel permitido por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, en inglés), revela sobre este elemento que causa diversos tipos de cáncer.
También señala que diez de esas plantas concentran altos niveles de boro, como la planta San Miguel, ubicada al sur de San Antonio, donde se hallaron concentraciones de más de 30 miligramos por litro.
Además, 14 plantas tienen aparentes fugas con altos niveles de cobalto, que podría causar daños al tejido y causar graves problemas respiratorios.
El nivel permitido de cobalto es de seis microgramos por litro, sin embargo, en las plantas San Miguel y Gibbons Creek, al noroeste de Houston, así como en Welsh, al este de Dallas, el nivel de cobalto en las aguas subterráneas superaba los 600 microgramos por litro.
EIP sugiere además a la Administración del presidente Donald Trump que busque alternativas más férreas para proteger a los habitantes del estado y del país en lugar de concentrarse en reforzar los incentivos a una industria que “se encarga de contaminar el medio ambiente”.
El grupo ambientalista propone que todas las plantas hidroeléctricas tomen mayores medidas de seguridad y que se les prohíba vaciar desechos tóxicos al subsuelo o donde exista contacto con agua subterránea.
Otra de las sugerencias es obligar a los gobiernos municipales cercanos a estas plantas a que efectúen pruebas de salubridad al agua residencial para el consumo humano y prohibir el desecho de residuos tóxicos en comunidades de bajos recursos económicos o de minorías étnicas y raciales.(EFEUSA).-