Ya antes de la pandemia de coronavirus, que se espera que pueda arrastrar a millones de personas a la pobreza y a pasar hambre, había en el mundo casi 170 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria, pero los estragos del Covid-19, que golpea tanto a países ricos como pobres, podrían eclipsarlas.
Estas son las diez crisis humanitarias que la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU no quiere que caigan en el olvido:
- CRISIS CONTINUADA EN AFGANISTÁN
La cifra de personas necesitadas de ayuda y protección ha pasado de 6,3 millones en 2019 a 9,4 millones este año debido a la persistencia del conflicto. Desde 2012, unos 4 millones de afganos se han visto desplazados y los niveles de desnutrición aguda –que sitúan a los niños a un paso de la muerte– están por encima del umbral de emergencia en 25 de las provincias.
Afganistán sigue siendo uno de los países más peligrosos para los trabajadores humanitarios, con 41 muertos, 65 heridos y 75 secuestrados en 2019. Las organizaciones humanitarias han solicitado 733 millones de dólares este año para atender a 7 millones de personas pero por ahora solo se ha recibido el 5 por ciento.
- DESNUTRICIÓN Y HAMBRE EN HAITÍ
Ya antes de la pandemia en el país había 4,6 millones de personas –más del 40 por ciento de la población– necesitadas de ayuda urgente. La crisis política y económica que atraviesa el país en el último año ha reducido el acceso a comida para los hogares más pobres, mientras que la inseguridad imperante ha impedido a muchas ONG ofrecer servicios y asistencia esenciales.
En la actualidad, 4,6 millones de haitianos se enfrentan a inseguridad alimentaria, frente a 2,6 de hace un año, mientras que 1,2 millones de ellos se encuentran en una situación de emergencia. Además, el 2,1 por ciento de los niños presentan desnutrición aguda severa y la crisis ha debilitado los ya de por sí maltrechos sistemas de salud y educación.
- PLAGA DE LANGOSTAS EN EL ESTE DE ÁFRICA
La plaga de langostas que llegó hace unos meses al Gran Cuerno de África no ha desaparecido y hay nuevos enjambres formándose en Etiopía, Kenia y Somalia justo cuando se aproxima la época de cosecha. En los países afectados, entre los que también figuran Tanzania, Uganda, Sudán y Sudán del Sur, hay más de 25 millones de personas en situación de grave inseguridad alimentaria.
Para frenar la propagación, los gobiernos con apoyo de la FAO, están realizando fumigaciones aéreas y terrestres, pero el impacto del coronavirus ya está afectando en la respuesta, con problemas de desplazamiento del personal y posibles demoras en el suministro de pesticidas.
- INSEGURIDAD Y CRISIS ALIMENTARIA EN EL SAHEL CENTRAL
La inseguridad que han venido registrando en los últimos años Burkina Faso, Malí y el oeste de Níger ha dejado miles de muertos y más de un millón de desplazados. Esta región ya era antes especialmente vulnerable con elevados índices de pobreza, inseguridad alimentaria y desnutrición.
La petición de fondos para cubrir las necesidades humanitarias en la región, de 1.100 millones de dólares, solo ha sido financiada en un 10% y se teme que ahora el coronavirus pueda provocar una nueva catástrofe, habida cuenta de que estos países cuentan con sistemas de salud entre los más frágiles del mundo.
- CONFLICTO Y DESPLAZAMIENTO EN LA CUENCA DEL LAGO CHAD
El conflicto que desencadenó hace una década en el noreste de Nigeria y luego extendió al resto de países bañados por el lago Chad –Camerún, Chad y Níger– el grupo terrorista Boko Haram –y luego también su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA)– no solo no ha remitido sino que en los últimos meses se ha recrudecido.
En la región hay más de 4 millones de personas en inseguridad alimentaria y 400.000 niños en riesgo de morir de desnutrición aguda severa. En total, hay más de 17 millones de personas afectadas por la violencia y 10,7 millones necesitadas de asistencia humanitaria.
- LA CRISIS ROHINGYA EN BANGLADESH Y BIRMANIA
Más de 855.000 refugiados rohingyas –incluidos unos 745.000 que huyeron de la represión en Birmania en 2018– viven en campamentos abarrotados en la región de Cox’s Bazar, en Bangladesh, donde el Gobierno y las ONG se esfuerzan por ofrecerles los servicios esenciales y a los que en las próximas semanas llegará el monzón. La petición de fondos para este año solo está cubierta en un 13%.
Del otro lado de la frontera, en Birmania, la situación de las comunidades rohingyas es igualmente preocupante. Unos 130.000 permanecen confinados en campamentos desde hace casi ocho años y quienes viven fuera de ellos son vulnerables y se enfrentan al riesgo de la creciente violencia.
- DIEZ AÑOS DE CONFLICTO EN SIRIA
Más de 11 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y otros 5,6 millones han buscado refugio fuera del país. El recrudecimiento de la violencia e