Mientras el COI se abre a la concurrencia de atletas rusos y bielorrusos en París 2024, Kiev acusa al organismo de promover la guerra
La posible participación de atletas rusos y bielorrusos en los próximos Juegos Olímpicos de París en 2024 –amparada por el Comité Olímpico Internacional (COI)– ha supuesto esta semana un nuevo motivo de discusión entre organismos internacionales y Ucrania y sus aliados, a medida que la guerra avanza imparable hacia su primer aniversario.
El deporte ha supuesto históricamente una excusa perfecta para que naciones envueltas en conflicto se concedieran a sí mismas una tregua en sus hostilidades. La conocida como ‘Tregua Olímpica’ no es un concepto moderno, ya en la antigua Grecia se apostó por esta fórmula para permitir la celebración en paz de la principal cita deportiva.
Miles de años más tarde, Naciones Unidas aprovechó una resolución de 1993 y la Declaración del Milenio para recuperar un concepto que ya había sido perfilado anteriormente con la tradición del relevo de la antorcha olímpica, encaminado a sembrar la idea de unidad en torno al deporte, y en virtud del que la llama recorre el planeta desde Olimpia (Grecia) hasta la ciudad sede de la competición.
De hecho, la ONU ha hecho históricamente sucesivos llamamientos a respetar la Tregua Olímpica, una tradición que Rusia rompió en febrero de 2022 cuando dio comienzo a la invasión de Ucrania apenas cuatro días después de la finalización de los Juegos Olímpicos de invierno en la capital china, Pekín.
Con el estallido de la guerra en Ucrania el COI adoptó varias medidas con el objetivo de señalar directamente a Rusia, y su aliada Bielorrusia, por la invasión de Ucrania. El principal organismo olímpico prohibió a los atletas y deportistas de ambos países participar en citas deportivas bajo símbolos nacionales.
Ahora, con los Juegos Olímpicos de París en el horizonte, el COI ha apostado por permitir que rusos y bielorrusos puedan participar en el evento –siempre respetando la prohibición de mostrar sus enseñas– en aras de que el deporte recupere su “misión unificadora”, como bien dijo el presidente del COI, Thomas Bach.
Esta propuesta, lejos de aunar a Ucrania y Rusia, ha supuesto un nuevo motivo de discordia entre dos países que apenas han logrado acuerdos puntuales –la exportación de cereales y fertilizantes y varios intercambios de prisioneros– en los más de once meses que el conflicto asola Europa del Este.
Desde Kiev, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y algunos de sus principales funcionarios, como el ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, o el asesor presidencial Mijailo Podoliak, han señalado directamente al COI por una propuesta que, dicen, suaviza la agresión a la soberanía nacional e integridad territorial de su país.
Mientras Zelenski adoptó un discurso suave en el que instaba al COI a “reconsiderar” su propuesta, Kuleba aludió directamente a los vínculos entre atletas rusos y el Ejército, y Podoliak acusó al Comité Olímpico de ser “promotor de la guerra, el asesinato y la destrucción”.
Ante las acusaciones, el COI ha rehuido del conflicto y ha incidido en que, en caso de que finalmente participen, los atletas rusos y bielorrusos concurrirán a los Juegos Olímpicos de París siempre en cumplimiento de unas ya mencionadas sanciones a nivel deportivo que, dicen, “no son negociables”.
De hecho, el jueves publicaron un documento respondiendo a preguntas respecto a la polémica y en el que aclaraban que la participación de atletas rusos y bielorrusos en todo caso se podría producir por el momento en competiciones en Asia y durante este año, sin aludir en ningún caso a los Juegos Olímpicos de París.
“En ninguno de los documentos publicados por el COI encontrará una referencia a los Juegos Olímpicos de París para atletas con pasaporte ruso o bielorruso”, ha remarcado el organismo, que ha indicado que, a día de hoy, “no se puede especular” sobre los participantes de París.
Sin embargo, el organismo ha vuelto a remarcar que, en todo caso, se está hablando de atletas “neutrales” que respetarían las “estrictas condiciones” establecidas para evitar la ostentación de símbolos nacionales, así como el cumplimiento de las normas antidopaje.
DIVISIÓN DE OPINIONES A NIVEL INTERNACIONAL
Como es habitual con el conflicto en Ucrania, la polémica ha traspasado las fronteras rusas y ucranianas y ha polarizado el asunto con organismos internacionales a favor de la postura del COI, y algunos de los principales aliados de Kiev en oposición frontal a la medida.
A favor de la propuesta del COI destaca Naciones Unidas, que ha apoyado los esfuerzos del organismo para facilitar la participación de atletas rusos y bielorrusos y poner así fin a la “discriminación” que suponía su exclusión de los eventos deportivos. “Los atletas no deberían ser discriminados por su nacionalidad”, han apuntado esta semana expertos de la ONU.
“El Comité Olímpico y, en general, la comunidad olímpica tiene la obligación imperiosa de cumplir con la Carta Olímpica y con las normas internacionales de Derechos Humanos que prohíben la discriminación”, han remarcado dichos expertos, que pese a todo han mostrado su respaldo a Ucrania, su población y su comunidad olímpica.
Pese a todo, ONU y Ucrania coinciden en la necesidad de evitar por todos los medios que los eventos deportivos puedan tornarse de algún modo en una suerte de plataforma desde la que Moscú, a través de sus atletas, soflame al mundo su postura contraria a Kiev.
En medio de la polémica, la Casa Blanca salió el jueves al paso para respaldar al COI en su propuesta, siempre y cuando la participación de atletas rusos y bielorrusos se dé bajo bandera neutral y evitando que se represente al Estado agresor, Rusia, y su principal aliado, Bielorrusia.
En el lado opuesto de la balance se sitúan los propios atletas ucranianos y aliados de Kiev, que se alinean con la postura de Zelenski y sus funcionarios para recriminar al COI una medida con la que consideran que se blanquea la guerra aún en marcha y se benefician del dinero manchado con la “sangre de ucranianos”.
Quizás uno de las principales muestras de apoyo a Ucrania haya salido desde el Comité Olímpico de Letonia, cuyo presidente, Zorzs Tikmers, ha asegurado que si finalmente los atletas rusos y bielorrusos participan en la cita olímpica, la delegación letona no concurrirá a la competición en París.
También desde Riga, el primer ministro letón, Krisjanis Karins, ha tachado la postura del COI como “inmoral” y ha acusado al organismo deportivo de trazar atajos y buscar artimañas para que los atletas rusos y bielorrusos puedan participar en competiciones, obviando la guerra declarada por su país.
Por su parte, Polonia, otro de los países más beligerantes con Rusia y principal apoyo de Ucrania, ha planteado la posibilidad de “boicotear” la cita olímpica de París si a ella concurren atletas rusos y bielorrusos.
PARÍS 2024 SE MANTIENE AL MARGEN
A pesar de que aún resta un año y medio para el arranque de las Olimpiadas en París, los organizadores de la cita en la capital gala se han visto obligadas a manifestarse al respecto de la polémica, si bien ha preferido ponerse de perfil y ceñirse a las directrices marcadas desde el COI.
Un portavoz de París 2024 recordó esta semana a la cadena estadounidense CNN que el sistema de clasificación es competencias del Comité Olímpico Internacional, con lo que la organización del evento no tiene capacidad de maniobra para aceptar o excluir a los deportistas.
Tratando de sobrevolar la controversia, el portavoz de París 2024 reiteró la solidaridad de los organizadores con el pueblo ucraniano y los comités olímpico y paralímpico de la nación europea, y trasladó su deseo de que todos los participantes de la Olimpiada disfruten de la cita “en un espíritu de paz y respeto a los valores de fraternidad y solidaridad”.