La olla de presión es utilizada para cocinar los alimentos en tiempo más rápido porque permite que la temperatura aumente después de su punto de ebullición aumentando la presión dentro de ella y así reduce el tiempo cocción, por eso tiene una o dos válvulas de seguridad para controlar el escape de la presión de vapor en su interior y algunas tienen el famoso “pito” de salida de vapor. Su limpieza y cuidado debe tenerse presente para el buen funcionamiento. En algunos casos ha sido utilizada en atentados terroristas con productos químicos y otros elementos con fines maléficos.
En Venezuela se estaba cocinando “algo” en una olla de presión debido a la situación horrible en la que estamos viviendo muchos ciudadanos, pero los encargados de las conversaciones para un diálogo “sincero” y serio decidieron quitarle el fuego, la electricidad, la leña o el gas para que no siguiera hirviendo, sobrepasará la presión o explotara y que su contenido no se esparciera por toda Venezuela; espero que las válvulas de escape o seguridad estén funcionando debidamente y no explote en forma inesperada.
Esta olla sigue con la tapa cerrada y su contenido debe estar casi listo para servir en la mesa de conversación o de diálogo, el cual debería terminar bien y complaciendo a ambas partes, para el bien de todo el país. Si esto no sucede, de seguro que alguien abrirá la llave del gas, de la electricidad o una chispa prenderá el fuego de nuevo para que el contenido de la olla siga su cocción final; espero que las válvulas o los factores políticos de la conciliación sigan funcionando con la debida seguridad, serenidad, prudencia e inteligencia, porque de no ser así, el contenido de la olla se secará, quemará o al final explotará y todo este gran esfuerzo de diálogo, plática, disertación, prédica, conversatorio, perorata no habrá dado ningún resultado aceptable y no habrá Papa ni vaticano o visitantes del imperio que valga en Venezuela.
Con las fuerzas del mal es difícil conversar, con algunos comunistas es igual y con los fanáticos ideológicos es mejor convencerlos.
Se esta alargando este diálogo, la tierra sigue girando, el tiempo no se para, la comida sigue cara y escasa, muchos medicamentos no se encuentran, la gente sigue enflaqueciendo, los nutrientes esenciales no llegan al organismo, la gente se está debilitando físicamente, la pobreza está en las casas, el aumento salarial no llena las necesidades básicas, el humor esta a medias, los indigentes y niños aumentan en la calle, gobernantes que siguen bailando y ciudadanos llorando, bandidos en todos lados y que son televisados semanalmente o diariamente. Un país como cárcel y cárceles con muchos inocentes y presos políticos.
El pedido de auxilio por muchas razones de enfermos y no enfermos es el clamor de muchos. Articulistas de opinión que en su gran mayoría coinciden con este desastre económico, político y social; no creo que todos son antigobierno, hipnotizados, imperialistas, insensatos o mentirosos.
Por último pregunto ¿Quién puso la olla a cocinar, el gobierno, la oposición o los ciudadanos?
¿Qué tendrá la olla en su interior, “comida”, maíz, desesperanza, violencia, malestar, rabia, tristeza, votos o libertad?
¿Tendremos que dialogar pronto por una paz en Venezuela, si esto no termina bien?
Nada terrenal es eterno. El “pito o sonido de la olla” más temprano que tarde sonará. El diálogo tendrá un desenlace. Esperemos que los glóbulos rojos y blancos no llenen las calles u hospitales de este país.
¡Dios! cuida a tus pastores y a su rebaño. ¡Jesús! auxilia y perdona a los descarriados, malvados, endemoniados, coléricos, energúmenos, bandidos, mentirosos, violentos y politiqueros. ¡María! Cúbrenos con tu manto. Ciudadanos fuerza, brios y fe.
_____
Rubén Lopera