La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), el grupo para la promoción de las armas de fuego más importante de Estados Unidos, ha anunciado este viernes su entrada en bancarrota voluntaria para trasladar su sede a Texas, lejos del “ambiente político tóxico de Nueva York”, según ha anunciado su vicepresidente ejecutivo, Wayne LaPierre.
“El plan se puede resumir de manera bastante simple: estamos dejando tirado a Nueva York, y estamos iniciando los planes para reincorporar a la NRA en Texas”, ha explicado LaPierre.
El grupo se remodelará como una organización sin fines de lucro de Texas, dentro de una operación llamada “Proyecto Libertad”, según LaPierre, antes de garantizar que la NRA se encuentra en su “condición financiera más sólida en años”, aunque la reestructuración ayudará a “racionalizar los costes y los gastos”.
“La NRA continuará enfrentándose a las actividades contra la Segunda Enmienda”, según la asociación, en referencia a la provisión constitucional que garantiza la posesión de las armas de fuego, “y seguirá promoviendo la capacitación” de las mismas. “No habrá cambios inmediatos en las operaciones o la fuerza laboral de la NRA”, añade el grupo.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, presentó una demanda el verano pasado acusando al alto liderazgo de la NRA de violar las leyes que rigen a los grupos sin fines de lucro y de usar millones de dólares de las reservas de la organización para uso personal y fraude fiscal.
James respondió al anuncio de quiebra del grupo el viernes, diciendo que “el estado financiero declarado por la NRA finalmente ha alcanzado su estado moral: en quiebra”.