El jefe de la Oficina de la Guardia Nacional de Estados Unidos, el general Daniel Hokanson, ha anunciado que han recibido autorización para el despliegue de 15.000 militares para la toma de posesión del presidente electo del país, Joe Biden, el 20 de enero en Washington.
Unos 6.200 militares de la Guardia Nacional están en estos momentos movilizados en respuesta al asalto al Capitolio de simpatizantes del presidente saliente, Donald Trump, el pasado 6 de enero y está previsto que para el 16 de enero haya en la capital federal 10.000 efectivos de la Guardia Nacional.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, había pedido este lunes al Departamento de Seguridad Nacional reforzar la seguridad en torno al Capitolio de cara a la sesión de investidura de presidente electo, Joe Biden.
Tras el asalto, la edil ha enviado una carta al secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, al que ha solicitado extender los dispositivos especiales de seguridad hasta el 24 de enero.
“Creemos que la investidura presidencial del 20 de enero requiere un enfoque muy distinto al de anteriores ceremonias similares debido al caos, la injuria y la muerte experimentada en el Capitolio de Estados Unidos durante el episodio de insurrección” del pasado miércoles, ha señalado.
El asalto llevado a cabo por seguidores del presidente saliente, Donald Trump, se saldó con cinco muertos, entre ellos un agente de la Policía del Capitolio. Desde entonces, Bowser ha insistido en la importancia de abrir una investigación sobre la respuesta policial, que ha quedado en entredicho tras lo sucedido.
Bowser ha solicitado, además, que el FBI “presente un dossier sobre posibles amenazas e información de Inteligencia de forma diaria” entre el 11 y el 24 de enero, según informaciones del portal de noticias Politico.
Asimismo, ha recomendado al Departamento de Seguridad Nacional, el de Defensa, el de Justicia, al Congreso y al Tribunal Supremo que pongan en marcha un “plan de seguridad a nivel federal”. Para ella, esto permitiría a la Policía local “centrarse en su misión”.
Estas recomendaciones en materia de seguridad, ha dicho, “son esenciales para demostrar nuestra resolución colectiva y garantizar que la transición de poder constitucional sale adelante”.
La alcaldesa ya había emitido hace días una orden para extender el estado de emergencia pública y el toque de queda en la capital estadounidense durante 15 días más, coincidiendo con la investidura.
La supuesta incitación a la violencia por parte de Trump se ha traducido en un aumento de la presión para que abandone el cargo antes de la ceremonia de investidura, que tendrá lugar, precisamente en la escalinata frente al Capitolio. Además, ha propiciado la apertura de un juicio político o ‘impeachment’ contra Trump por “incitación a la insurrección”.