Naciones Unidas ha declarado este sábado que la destrucción en Líbano por los combates entre Hezbolá e Israel y la consiguiente campaña militar israelí contra el país ya supera a la registrada al violentísimo conflicto armado que libraron ambas partes en 2006.
A mediados de julio de ese año, una emboscada de Hezbolá a un grupo de militares israelíes desencadenó cuatro semanas de combates que se saldaron con unos 2.000 libaneses fallecidos, más de la mitad civiles. Más de 150 militares y 40 civiles israelíes murieron en este conflicto.
Sin embargo, estas cifras han sido rebasadas por el año de combates entre Hezbolá e Israel desde el 8 de octubre de 2023, un día después de la masacre cometida por milicias palestinas en territorio israelí, que dejó 1.200 muertos y abrió las puertas a una campaña militar de Israel en la Franja de Gaza que ha dejado ya más de 43.000 palestinos muertos.
El Gobierno de Líbano cifra en 2.867 los muertos y en más de 13.000 los heridos por la campaña militar israelí en Líbano, acelerada el mes pasado por una invasión de las fuerzas israelíes en el sur del país (como ya ocurriera en 2006) y una ola de bombardeos sobre el sur de la capital, Beirut, presunto bastión de Hezbolá; un balance que excede al del conflicto armado de hace ya casi 20 años.
Las autoridades estiman que hay 178 niños entre los fallecidos y hay 1.178 menores de edad heridos. El número de desplazados internos se acerca a los 845.000 y al menos 85 trabajadores sanitarios han muerto bajo lo bombardeos.
“El número de víctimas mortales se ha visto exacerbado por la destrucción de infraestructuras críticas, incluida la atención sanitaria, y muchos hospitales están desbordados y se solicitan con urgencia donaciones de sangre para hacer frente a la afluencia crítica de víctimas”, según el último informe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) publicado este sábado.
El coordinador humanitario para el Líbano, Imran Riza, ha condenado en este sentido los ataques contra civiles e infraestructuras y pedido el cese inmediato de las hostilidades para proteger a las poblaciones vulnerables.
Naciones Unidas avisa por último de que la crisis económica galopante que atravesaba el país antes del estallido del conflicto acelerará la actual inseguridad alimentaria, que “empeorará significativamente debido a la intensificación del conflicto y la tensión económica”.
La ONU recuerda en este sentido que, entre abril y septiembre de 2024, 1,3 millones de personas, es decir, el 23 por ciento de la población de Líbano, se enfrentaron a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, incluidas 85.000 en condiciones de emergencia.