Red Lobster se acogió al Capítulo 11 de protección por bancarrota, enfrentando una deuda creciente y ventas reducidas. Fundada en 1968, la empresa es la cadena de productos del mar más grande del mundo y atiende a aproximadamente 64 millones de clientes al año en más de 550 restaurantes en EE. UU. y Canadá.
En su declaración de quiebra, Red Lobster citó desafíos financieros, incluido el aumento de los precios de los alimentos, arrendamientos costosos y tiendas de bajo rendimiento. También se citó la costosa decisión que tomó la compañía el año pasado de hacer de su promoción de camarones todo lo que pueda comer un elemento básico permanente de su menú. La compañía informó una pérdida de 76 millones de dólares en el año fiscal 2023 y recientemente cerró docenas de ubicaciones. Ayer, celebró un acuerdo de compra denominado “Steak Horse” (Una oferta inicial sobre los activos de una empresa en quiebra) para continuar las operaciones bajo una entidad controlada por sus más de 100.000 prestamistas.
La industria de comidas informales en general experimentó una desaceleración a fines del año pasado, y 11 de 21 cadenas que cotizan en bolsa informaron caídas en las ventas.