Keira Knightley es todo un icono de Disney gracias a “Pirates of the Caribbean” y su nuevo papel del Hada de Azúcar en “El cascanueces y los cuatro reinos”, pero la actriz no ha dudado en rebelarse contra clásicos del estudio como “Cenicienta” o “La sirenita” por sus mensajes poco feministas.
La intérprete británica apareció la semana pasada en el programa de Ellen DeGeneres y comentó que había prohibido a su hija, de 3 años y medio, ver esos títulos clásicos de la compañía.
“‘Cenicienta’ está prohibida. Se espera a que llegue un tipo rico y la rescate. ¡No! Hazlo tú misma, obviamente. ‘La Sirenita’ me encanta y las canciones son geniales, pero no renuncies a tu propia voz por un hombre”, afirmó entonces ante los aplausos del público.
Sin embargo, esas palabras generaron cierta polémica y encontraron numerosas críticas en la red, al considerar que esas historias son fantasías y que deben ser los padres quienes eduquen y debatan el contenido con sus hijos.
Al ser preguntada por Efe al respecto, Knightley no se arredró y recalcó sus sentimientos: “Lo que enseñamos a nuestros hijos es muy importante y hay ciertos mensajes que no quiero que mi hija se lleve a casa”.
“No está bien que un extraño te bese mientras duermes y sin tu consentimiento”, dijo la artista en clara referencia a “La bella durmiente”. “En mi casa disfrutamos mucho con las películas actuales de Disney, como ‘Moana’, ‘Frozen’ o ‘Inside Out’. Pero esas que digo no las permitimos”, agregó.
“El cascanueces y los cuatro reinos”, de estreno el 2 de noviembre, es una lujosa superproducción basada en el cuento de hadas escrito por E.T.A. Hoffman en 1816, versionado por Alexandre Dumas y adaptado al ballet por Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
Dirigida por Lasse Hallström y Joe Johnston (su sustituto a la hora de rodar nuevas escenas, ya que el cineasta sueco no estaba disponible), el film cuenta con un reparto en el que también aparecen Mackenzie Foy, Helen Mirren, Morgan Freeman, Eugenio Derbez y Richard E. Grant, entre otros.
Knightley, en un encuentro con un grupo reducido de medios, entre ellos Efe, se mostró entusiasmada con su papel del Hada de Azúcar.
“Probablemente es diferente a como la imaginaba de pequeña”, admitió con su característica sonrisa.
“Lógicamente, no hay mucha documentación sobre el personaje. Vi muchos vídeos de ballet en YouTube y me centré en la sintonía de la parte más famosa de ‘El cascanueces’ para incorporarlo a la risa del personaje. Y me inventé una voz muy dulce y melosa. Quise hacer esta película porque me iba a permitir actuar de forma muy tonta”, declaró.
La actriz, de 33 años, explicó que Disney le ofreció el papel y que no lo dudó ya que justo venía de hacer “Thérèse Raquin” en el teatro, una obra de Émile Zola muy oscura.
“Quería tocar el otro extremo y para ello, nada mejor que un personaje que quiere tener el aspecto de una tarta y mucha purpurina rosa. Es como una muñeca que ha cobrado vida”, indicó Knightley, que ya protagonizó otro clásico navideño hace 15 años: “Love Actually”.
“Es mi segunda ofrenda para la temporada. Volveré con otra en 15 años”, indicó divertida.
En “El cascanueces y los cuatro reinos”, una niña de 14 años llamada Clara (Foy), que ha recibido el duro golpe de la muerte de su madre, viaja a un mundo mágico lleno de soldados hechos de jengibre y un ejército de ratones.
“El mensaje de la película es que cualquier niña puede salvar el el mundo. Es ella quien se va de aventura y rescata a todos. No había historias así en mi infancia. No es la princesa que espera a ser rescatada en la torre. Es una ingeniera y ella misma hace el trabajo sucio”, manifestó la artista.
Y ya que la trama de la cinta habla de sueños, Knightley no dudó en enumerar cuáles serían los “milagros” que le gustaría ver convertidos en realidad.
“¿La igualdad real? ¿Revertir el cambio climático? ¿Revertir el ‘brexit’? Sí, esas tres cosas”, indicó, antes de ahondar en la materia de la desigualdad de género.
“Hay que tener esperanza en que las cosas van a mejorar. Si no, no habría sido madre. En Inglaterra las mujeres (se refiere al personal de Sanidad) cobran un 23 por ciento menos que los hombres por hacer el mismo trabajo. Mejorar eso sería un comienzo positivo”, finalizó.