Por Marcelo Peralta |
Santiago, R.D.- Este jueves en la República Dominicana se conmemoran dos fechas de acontecimientos históricos de trascendental relevancia.
El nacimiento del expresidente de la República, escritor y político profesor Juan Bosch y Gaviño y el “Día del Maestro”.
El día instituido al Maestro fue consagrado el 6 de junio del 1939 mediante la resolución número 6-39 en la gestión del Secretario de Estado de Justicia, Educación Pública y Bellas Artes el licenciado Virgilio Díaz Ordóñez.
No obstante, se ha escogido el 30 de junio a fin de honrar la memoria del maestro unida al nacimiento de Juan Bosch y Gaviño.
En cuanto al escritor, cuentista, novelista y ensayista Juan Bosch y Gaviño, nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909, hijo de don José Bosch y doña Ángela Gaviño.
El padre era de nacionalidad española y la madre, nacida en Juana Díaz, Puerto Rico, se había establecido en el país en los finales del siglo XIX.
Vivió sus primeros años de infancia en La Vega, visitaba las comunidades de Río Verde y El Pino, cursando estudios sólo hasta el tercer nivel de bachillerato.
Datos establecen que en su juventud vivió en Santo Domingo, trabajó en tiendas comerciales; luego viajó a España, Venezuela y algunas de las islas del Caribe.
A su retorno a la República Dominicana, al comienzo de los años 30, publicó su primer libro de cuentos “Camino Real”, el ensayo “Indios” y la novela “La Mañosa”, aclamada por la crítica nacional.
Fundó y dirigió la página literaria del periódico Listín Diario, en el cual se perfiló como crítico de arte y ensayista.
En junio de 1934 contrajo matrimonio con la señora Isabel García procreando dos hijos llamados León y Carolina.
Durante la dictadura de Rafael Trujillo Molina del 1930 al 1960 fue encarcelado por razones políticas, siendo liberado meses más tarde, sin cargos de ninguna naturaleza.
En 1938, sabiendo que el tirano planeaba designarlo diputado, logra salir al exilio y se establece en Puerto Rico.
Mientras que en el 1939 se trasladó a Cuba, donde dirigió la edición de las obras completas de Eugenio María de Hostos, trabajo que termina de definir su vocación de patriota y humanista.
Seguía el año 1939, junto a otros exiliados políticos, fundó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el cual organizó y dio a conocer en otros países del Caribe y América Latina.
Transcurridos entre 1940 y 1945, sobresalió entre notables escritores de cuentos de la región y laboró activamente en la formación de un frente antitrujillista encabezado por el PRD.
Colaboró con el Partido Revolucionario Cubano y desempeñó un destacado papel en la redacción de la Constitución de aquel país promulgada en 1940.
En su segundo matrimonio con Carmen Quidiello, de cuyo matrimonio nacieron sus hijos Patricio y Bárbara.
Ganó importantes premios literarios a nivel internacional, entre los cuales se distingue el premio “Hernández Catá” que se otorgaba en La Habana a los cuentos escritos por autores de América Latina.
Fue uno de los principales organizadores de la expedición armada que se gestó en “Cayo Confite”, en la cual participaron cientos de ciudadanos cubanos y centroamericanos con intención de derrocar la dictadura de Trujillo.
Entre ellos se encontraba el joven Fidel Castro.
Fracasada esa expedición, Bosch se trasladó a Venezuela y a otros países de América Central, donde desarrolló una activa campaña antitrujillista y consolidó su carrera de escritor, cuentista y ensayista de primera categoría.
Para ese momento había escrito cuentos de profundo contenido social, entre los que pueden citarse “La Noche Buena de Encarnación Mendoza”, “Luis Pié”, “Los Amos” y “El Indio Manuel Sicuri”.
Viviendo en Cuba, lugar al que regresó requerido por sus amigos del Partido Revolucionario Auténtico, desempeñó importantes papeles en la vida política e intelectual.
Fue el 1 de enero de 1959 que se produjo en Cuba el triunfo encabezado por Fidel Castro, que motorizó un reordenamiento político, económico, y social en los países del Caribe.
Con instinto certero, percibió el proceso histórico que se había iniciado, y dirigió a Trujillo una carta, el 27 de febrero de 1961, en la cual le advertía que su papel político, en términos históricos, había concluido que de no dar por terminada su tiranía, “el próximo aniversario de la República será caótico y sangriento; y de ser así, el caos y la sangre llegarán más allá del umbral de su propia casa.
Ajusticiado Trujillo el 30 de mayo de ese año, Bosch regresó a su país luego de veintitrés años de exilio, cuatro meses después de haberse establecido en territorio dominicano el Partido que había fundado en 1939.
Su presencia en la vida política nacional, como candidato a la presidencia de la República, revolucionó substancialmente la forma de vinculación entre los líderes políticos y el pueblo, así como el estilo de realizar campañas electorales en el país.
Su forma directa y sencilla de dirigirse a la población, tanto rural como urbana, especialmente a través del programa radial Tribuna Democrática, le permitió desarrollar una profunda influencia y simpatías populares, que lo perfilaron como incuestionable ganador de las elecciones de diciembre de 1962.
Celebrado el torneo electoral, Bosch obtuvo un triunfo arrollador sobre sus contendores, alcanzando casi el 60% de los votos.
Combatido desde antes por los sectores más conservadores de la sociedad, tomó posesión como Presidente de la República el 27 de Febrero del 1963.
El primer presidente elegido democráticamente en cuarenta años luego de la larga tiranía de trujillo, quiso desde un primer momento establecer cuatro prioridades fundamentales para su gobierno:
Respeto pleno a la independencia de los tres poderes del Estado: ejecutivo, legislativo y judicial, Respeto pleno a los derechos civiles y políticos de todos los ciudadanos, Respeto pleno a la utilización honrada y eficiente de los poderes y fondos públicos y Respeto pleno a un régimen de igualdad de oportunidades para todos.
Dio inicio a una gestión gubernativa patriótica, reformadora, de incuestionable honestidad administrativa y de profundas transformaciones.
Su gobierno fue derrocado por un golpe de Estado, estimulado y apoyado desde el exterior.
Menos de dos años después, la insatisfacción generó el levantamiento militar del 24 de abril de 1965, que tenía como objetivo el reestablecimiento del gobierno constitucional que Bosch había presidido, y la vigencia de la Constitución que su gobierno había promulgado el 29 de abril de 1963, la más progresista que ha conocido la República.
Impedido de regresar al poder por la intervención militar de los Estados Unidos, apoyada por la Organización de los Estados Americano (OEA), se vio obligado por las circunstancias a participar en las elecciones realizadas el 30 de mayo de 1966, bajo la dirección y el control de las fuerzas interventoras.
A fines de ese año, Bosch se marchó al exterior radicándose en España, donde realizó una extraordinaria labor intelectual produciendo algunas de sus obras más importantes entre las cuales están: “Composición Social Dominicana”, “Breve Historia de la Oligarquía”, “De Cristóbal Colón a Fidel Castro”, y numerosos artículos de diferentes géneros publicados en revistas, periódicos y otras publicaciones del país y del exterior.
Regresó a la República Dominicana en abril de 1970 con la intención de reorganizar y modernizar al PRD. De nuevo fue recibido de manera masiva por el pueblo dominicano, con la capital del país prácticamente paralizada. Quiso convertir a sus miembros en militantes activos, estudiosos de la realidad histórica y social de su país; sin embargo ese proyecto fue obstaculizado.
Las diferencias y contradicciones entre Bosch y un sector importante de la dirección de ese partido, lo llevó a abandonar las filas de esa organización en noviembre de 1973 y fundar el 15 de diciembre de ese año el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
El relevante aporte del Profesor Juan Bosch a las letras nacionales y americanas en la narrativa, novelas y ensayos lo han convertido en maestro de dos generaciones de escritores, cuentistas, novelistas, ensayistas, periodistas e historiadores entre los cuales se distinguen algunas de las más sobresalientes figuras del país y de América Latina.
Su conducta patriótica, cívica, honesta, valiente y militante, como gobernante y líder, lo convierten en un símbolo de la dignidad nacional, en un orgullo para nuestro pueblo y en un ejemplo a seguir para las generaciones presentes y futuras de la República Dominicana.
Don Juan falleció el 1 de noviembre de 2001, en Santo Domingo.
Sus restos están sepultados en el Cementerio Ornamental de La Vega, su ciudad natal.