El legendario entrenador Phil Jackson abandonó hoy por la puerta de atrás la casa de los Knicks por orden del propietario de la franquicia neoyorquina, James Dolan, el mismo que hace tres temporadas apostó por su llegada con la misión de poner fin a las turbulencias deportivas.
Jackson, de 71 años, firmó en 2014 un contrato por cinco temporadas pero su despido anticipado confirmó que no tuvo la varita mágica con la que desde el banquillo llevó a las Bulls a la conquista de seis anillos y a los Lakers a alzarse con cinco.
La caída del presidente de operaciones del equipo de la Gran Manzana la precipitó su deseo de transferir a Kristaps Porzingis y a Carmelo Anthony.
Para entonces otras polémicas decisiones suyas habían convulsionado el ambiente: el despido del entrenador Derek Fisher, por el que apostó en su primera temporada y que terminó el último de la Conferencia Este con solo 17 triunfos; su mala relación con Anthony y los malos resultados de algunos fichajes.
Dolan no lo dudó y ha despedido a Jackson, que sale del club con un triste balance: 80 triunfos y 166 derrotas, y sin poder haber conseguido que los Knicks practicaran el ‘triángulo ofensivo’, que lo hizo célebre con lo Bulls y los Lakers.
“Los Knicks siempre tendrán un lugar especial en mi corazón. Este equipo y esta ciudad lanzaron mi carrera en la NBA. Siempre estaré en deuda. Esperaba traer otro anillo al Madison Square Garden y estoy profundamente decepcionado por no haberlo logrado. Le deseo lo mejor a los Knicks, ahora y siempre”, escribió Jackson en su despedida.
El cargo de Jackson ha sido encomendando provisionalmente a Ste Mills.
La prensa deportiva local asegura que James Dolan tiene en la mira a Masai Ujiri, de los Raptors.
