Si, nosotros, igual que Martin Luther King, también tenemos un sueño.
Nuestro sueño es, que nuestra clase política madure. Que el ego personal sea lo último que se tome en cuenta y que el país sea lo primero.
El 7 de noviembre del año 2000, George Bush, a la sazón Gobernador de Texas, le ganó una de las más controversiales elecciones en la historia de los Estados Unidos de América, al entonces vicepresidente Al Gore. En el sistema estadounidense, el voto electoral determina el ganador y Bush ganó este renglón, aunque Gore recibió el mayor número de votos populares. 543,895 más que Bush, para ser exactos.
La noche de las elecciones, todos los noticieros nacionales y agencias de noticias internacionales, proyectaban a Al Gore como ganador. Publicar proyecciones en los Estados Unidos es legal. Sin embargo, al caer la noche, el tribunal electoral proclamó el triunfo de George Bush.
Al Gore solicitó al Tribunal Supremo de la Florida, donde Jeff Bush, hermano del entonces candidato, era Gobernador, un recuento de los votos en ese Estado, cosa que fue aceptada. A medida que avanzaba el reconteo, la ventaja de Bush se reducía dramáticamente. El equipo de este, apeló a la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos para que suspendiera la acción. Esgrimiendo que esto solo podía hacerse hasta la medianoche del mismo día de las elecciones.
La Suprema Corte, acatando el pedimento, suspendió el mismo y se proclamó oficialmente al Gobernador de Texas como presidente electo de los Estados Unidos. El Presidente de entonces, Bill Clinton, en su libro “Mi vida” dijo: “Bush contra Gore pasará a la historia como una de las peores decisiones judiciales que el Tribunal Supremo ha tomado jamás” Cinco semanas después, terminaron todos los escarceos legales y el vicepresidente Al Gore instruyó a su equipo abandonar la lucha y aceptar el triunfo de George Bush.
En su discurso, el candidato demócrata señaló que “había llegado el momento de dejar de lado la fuerte disputa de las últimas semanas y comenzar a trabajar por el país”. A partir de ahora, dijo Gore, Estados Unidos debe mostrar su unidad en torno al presidente electo George W. Bush. Acto seguido lo llamó, lo felicitó y se puso a sus órdenes para continuar engrandeciendo la nación. Cosa que ha estado haciendo como un simple ciudadano.
¡Cuánta gallardía! Que gran diferencia con lo que sucede por estos lares. Aquí siempre se alega fraude. Todavía es la hora que el ex presidente Ing. Hipólito Mejía no ha felicitado al Lic. Danilo Medina por su triunfo en los comicios del 2012.
Para seguir con la costumbre, en este 2016 hemos inventado nuevas formas de protestas. Se trata del pataleo a priori. Los gritos y jimiqueos por la forma en que se contarán los votos en el venidero certamen electoral, se escuchan por los predios de la oposición. Personas a quienes se les supone un coeficiente de inteligencia por lo menos normal, están pidiendo que los votos se cuenten manualmente.
La única forma de que este conteo no se haga manual es, que la junta tenga una maquina especial que abra las urnas, desdoble las boletas depositadas y que las coloque en el contador. En este caso los escáneres.
Con el sistema actual, una persona, un ser humano, delante de todos los delgados y observadores, debe abrir las urnas, sacar y desdoblar las boletas, clasificarlas por los votos obtenidos por cada partido participante y hacer paqueticos de 25 boletas ¡contándolas una por una! Luego de este proceso, colocarlas en el escáner para su transmisión a la Junta Central Electoral.
Yo tengo un sueño. Sueño con el día en que nuestro país, después de participar en unas elecciones libres y limpias, como estas, aparezcan muchos Al Gore, dispuestos a trabajar por su país.
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Carlos McCoy
carlosmccoyguzman@gmail.com