El secretario general de la ONU, António Guterres, consideró hoy “esencial” que los responsables de los crímenes cometidos contra la minoría rohinyá en Birmania rindan cuentas.
Guterres reaccionó así a través de su portavoz, Stéphane Dujarric, a un informe elaborado por investigadores de Naciones Unidas, que han confirmado elementos de “genocidio intencional” por parte de las Fuerzas Armadas birmanas.
Los expertos han recomendado que el caso sea llevado a la Corte Penal Internacional (CPI) o que sea juzgado por un tribunal internacional “ad hoc”.
Guterres urgió a todos los órganos de la ONU y al conjunto de la comunidad internacional a considerar “seriamente” el informe y sus recomendaciones.
El diplomático portugués tiene previsto intervenir este martes en una reunión sobre Birmania ya prevista con anterioridad en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que es quien tendría capacidad para referir la cuestión a la CPI.
Aunque no quiso adelantar nada del mensaje, el portavoz de Guerres recordó que el secretario general ha hablado claramente de las “violaciones de los derechos humanos” en el país y que ha pedido rendición de cuentas.
Para Guterres, ese proceso es “esencial para una reconciliación genuina entre todos los grupos étnicos”.
El jefe de Naciones Unidas se ha referido en el pasado a las acciones militares contra los rohinyás como una “limpieza étnica”.
La crisis en el estado birmano de Rakáin arrancó hace un año, tras un ataque de insurgentes del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) contra puestos policiales y militares en la zona que causó más de un centenar de muertos (la mayor parte guerrilleros).
La campaña militar iniciada en respuesta dejo numerosos muertos y forzó a unos 725.000 rohinyás a huir a la vecina Bangladesh.