Los funcionarios federales que no cobran salario desde diciembre por el cierre parcial de la Administración se ven obligados a recurrir a bancos de comida y a la solidaridad de personas como el chef español José Andrés, que decidió abrir una cocina improvisada para darles comidas gratis.
En el vigésimo quinto día de cierre de Gobierno, un buen número de los 800.000 trabajadores públicos afectados tienen tal necesidad que hasta organizaciones que se especializan en ofrecer comida a víctimas de desastres naturales les están tendiendo una mano.
Nate Mook, directora de World Central Kitchen, la organización sin fines de lucro del cocinero español afincado en Washington, explica a Efe que ante el sufrimiento de estos estadounidenses, muchos de los cuales viven sin apenas ahorros, decidieron “entrar en acción” y unirse a empresas del sector privado para apoyarles.
Con esa idea en mente, explicó, José Andrés abrirá este miércoles un local en el corazón de Washington, en la Avenida Pensilvania, que conecta la Casa Blanca y el Congreso, para brindar comidas gratuitas a los empleados que están sin cobrar desde el 22 de diciembre pasado y sus familias.
Siguiendo la idea con las cocinas improvisadas que el cocinero español abrió con motivo del huracán María en Puerto Rico en 2017 o el mortífero incendio Camp en el otoño pasado en California, este local estará abierto los siete días de la semana e incluso se dará comida para llevar a casa.
El chef español, muy crítico con la Administración del presidente Donald Trump, dijo en un mensaje en las redes sociales que la ayuda viene acompañada de un contundente llamado a los legisladores y en especial al magnate neoyorquino para que termine con este cierre y trabaje por “todos los estadounidenses”.
La solidaridad, acompañada de una fuerte crítica al Gobierno por desatar esta crisis para construir el muro que Trump quiere levantar en la frontera con México y que se niegan a financiar los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, también la han tenido muchos pequeños negocios, como los tres locales del café Hidden Grounds, de Nueva Jersey.
El negocio está ofreciendo bebidas gratis a los empleados afectados “hasta que el Gobierno consiga tenerlos juntos otra vez”, se lee en un aviso en la puerta de sus establecimientos.
Un llamado similar hizo en San Francisco, Miguel Escobedo, dueño del camión de comida Al Pastor Papi, que está regalando dos tacos y un agua fresca a los empleados federales que no cobran.
Escobedo dijo en las redes sociales que decidió aportar su grano de arena al ver la situación que enfrenta su hermano Carlos, quién vio suspendidas sus labores como investigador del fiscal de distrito en Sacramento (California) debido al cierre de Gobierno.
Ese espíritu de unión es el que inspiró al dueño del único restaurante de comida haitiana en el Aeropuerto Internacional de Miami a ofrecer comida gratis a los empleados federales que trabajan en el aeródromo sin recibir paga.
Ellos forman parte de los cerca de 420.000 empleados públicos que deben trabajar sin cobrar hasta que se levante el cierre, mientras que otros 380.000 fueron enviados a casa sin salario.
La negativa de Trump de firmar un presupuesto que no incluya 5.700 millones de dólares para empezar a construir su ansiado muro también ha puesto a trabajar a los bancos de comida que forman parte de la organización Feeding America.
El Banco de Comida del Area Capital (CAFB), en Washington, repartió este sábado pasado cerca de 30.000 libras (13.620 kilogramos) de comida.
Pamela Leftrict, una analista de políticas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) fue afectada por el cierre, asegura en un comunicado que necesita ayuda porque tiene un hijo que mantener.
Sin embargo, Leftrict ha tratado de ponerle buena cara al asunto y así como está recibiendo donaciones ayuda como voluntaria en el banco de comida, donde quiere difundir información sobre las ayudas que existen a otros empleados afectados por el cierre.
No obstante, la empleada federal ha descubierto que muchos de sus colegas aún no están dispuestos a buscar ayuda.
“Creo que nunca piensas que vas a ser el que necesita ayuda, pero a veces estamos más cerca de lo que pensamos”, aseguró sobre una situación que sí ha obligado a miles de empleados federales a optar a los subsidios de desempleo, a pesar de que técnicamente sí tienen trabajo. (EFEUSA).-