Wednesday, December 25, 2024
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Florida ofrece un Thanksgiving en el que hay que cazar al pavo

El estado de Florida ofrece la posibilidad de celebrar la festividad de Acción de Gracias como los primeros colonos; es decir, antes de sentarse a la mesa y agradecer a Dios lo recibido, uno debe salir a cazar lo que luego pondrá en el plato.

A falta de pocos días para la festividad más estadounidense junto a la del 4 de julio, Día de la Independencia, la Comisión para la Conservación de la Vida Silvestre y la Pesca de Florida (FWC) está promocionando tanto la carne de sus abundantes pavos salvajes como la aventura de cazarlos.

El día de Acción de Gracias, declarado feriado nacional en 1863 por Abraham Lincoln, recuerda que en 1621 un grupo de colonos de Plymouth, actual estado de Massachussets, compartió una comida con los indios wampanoag para celebrar la cosecha del otoño y agradecerles que les hubieran enseñado técnicas de cultivo y caza.

No hay certeza de que comieran pavo, pero es este ave nativa de Norteamérica la que ha pasado a ser el plato principal en las celebraciones tradicionales de Acción de Gracias, que este año se celebra el jueves 22 de noviembre.

Los cazadores de pavos silvestres en Florida no solo se parecen a los colonos de Plymouth por buscar el sustento en la naturaleza, sino por las armas que utilizan.

Según la información publicada en la web de la FWC, hay diferentes periodos de caza del pavo según se emplee arco, ballesta o armas de fuego que se cargan por el cañón.

Obviamente, también hay un tiempo establecido para los cazadores que empuñan armas más convencionales, pero en ningún caso podrán cazar más de cuatro pavos al año, dos en otoño y dos en primavera.

Austin Heacock, director regional para el sur de Florida de la Federación Nacional del Pavo Salvaje, dice a Efe que el hecho de que una organización conservacionista como FWC promueva la caza de estas aves, que llegaron a estar al borde de la extinción a comienzos del siglo XX, se debe a que hoy en día no están en peligro y a que son “recursos renovables”.

Según Heacock, más de 7,5 millones de pavos salvajes viven en espacios naturales de los Estados Unidos. En Florida se dan dos de las cinco subespecies de pavos salvajes y una de ella, la Osceola, solo existe en estas tierras.

El peligro que acecha a estos animales no es la caza, sino la destrucción de su hábitat debido a la actividad humana, dice este gran aficionado a la cacería del pavo salvaje, que este año, según señala con pesar, no tendrá uno en su mesa de Acción de Gracias.

Los interesados en cazar pavos en Florida deberán contar, además de la licencia de caza general, con un permiso específico para pavos que cuesta entre 10 y 125 dólares (no residentes).

Heacock explica que en Florida no se pueden usar perros ni reclamos sonoros electrónicos para cazar pavos. Tampoco se pueden cazar pavas.

“Más que de matar pavos se trata de llamarlos”, dice con humor este veterano cazador, que recrea algunos de los sonidos que se pueden hacer con la boca y con las manos para atraer o “llamar” a estas esquivas aves.

En los días previos a Thanksgiving, la FWC ha publicado recetas de pavo silvestre preparadas por cocineros conocidos y vídeos explicativos de las diferencias existentes entre los pavos que viven en la naturaleza y los criados en granjas, que no son solo morfológicas.

Los pavos silvestres vuelan y pueden alcanzar velocidades de hasta 50 millas por hora (80 km/h).

Roger Shields, coordinador del programa de pavos salvajes de FWC, advierte de que estas aves son “extremadamente cautelosas y poseen una visión aguda y un excelente oído, así que cazarlas es todo un desafío”.

Los Osceola, que son unos de los favoritos de los aficionados a la caza, tienen vista de águila y desaparecen al menor movimiento, dice Heacock.

Fotografía del 30 de abril de 2018, cedida por la Comisión para la Conservación de la Vida Silvestre y la Pesca de Florida (FWC), donde aparecen dos personas mientras vigilan unos pavos durante una sesión de caza en Florida (EE.UU.). EFE/Tony Young/FWC.

Los cocineros los consideran una opción gastronómica “deliciosa y limpia”, basada en una fuente de proteínas “sabrosa y versátil”, señala el abundante material informativo difundido estos días.

Cuando “conocimiento, destreza y fortuna” llevan al éxito a un cazador de pavos lo que se obtiene es un “festín orgánico”, dice el cocinero Justin Timineri, embajador culinario del Departamento de Agricultura y Servicios para el Consumidor de Florida.

Con motivo de Thanksgiving, varios chefs de Florida han preparado el plato hindú Tikka Masala con pavo salvaje en lugar de pollo, quesadillas rellenas de la carne de esas aves que en México se conocen como guajolotes y hasta un pastel de pavo salvaje que se asemeja al pastel de pastor inglés.

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