Por: Roger Rivero |
Mejores ideas, más rendimiento y mejor humor, son comunes al regresar de vacaciones. Mitsubishi le dio un año de descanso a uno de sus modelos ganadores, el Mirage, y cierto es, que ha llegado con nuevo rostro, mejorado aspecto interior, y hasta un nuevo nivel de acabado, el G4, un diminuto sedan que hemos probado esta semana.
Tradicionalmente presentado en Estados Unidos como hatchback, o vehículo de cinco puertas, Mitsubishi nos presenta en la reaparición del Mirage 2017, un sub-compacto -o compacto si nos atenemos a sus medidas físicas- que trata de atraer a nuevos compradores, con escaso presupuesto y necesidades de manejo básicas.
Con precio inicial de $12,995 dólares, el Mirage se muestra apetitoso, no tan así si lo comparamos en los niveles de acabado superiores, como el GT hatchback o el G4, que muy bien equipados, rozan los $18,000 dólares. Cierto que por ese precio sería fácil conseguir cualquier Toyota, Nissan o Honda en excelente estado, pero la combinación de bajo precio, excelente economía de combustible con 37 millas por galón en la ciudad y 43 en la autopista, así como una sólida garantía, han posesionado a este auto entre los preferidos del sector, sobrepasando a algunos en la competencia. Hasta septiembre de este año, Mitsubishi había vendido más del doble de Mirages -17,750 unidades- que su homólogo de Toyota, el Yaris, con 8,157.
Los norteamericanos, que algunas veces difieren bastante del resto del mundo por sus gustos, no se sienten muy atraídos por los hatchbacks -los autos con cinco puertas- y demuestran preferencia por los sedanes, al parecer para poder tener un maletero donde guardar algunas cosas innecesarias, alejadas de la vista de los compañeros de trabajo en el estacionamiento. A Mitsubishi le pasaron el “memo”, y trae en el 2017 un nuevo nivel de acabado, el G4, un sedán que se vanagloria por tener más amplitud para los pasajeros, que el resto de la competencia.
Hay algo en lo que el Mirage también aventaja a la competencia; el raquitismo de su motor. Con un 1.2 litros de 3 cilindros y 78 caballos de potencia, da lástima pisarlo a fondo, y escuchar los gemidos quejosos del motor rogando compasión. Según Mitsubishi, los 78 caballos se logran a 6,000 revoluciones por minuto, pero extrañamente, la transmisión CTV no deja que el auto pase de las 5,500. Algo me ha quedado claro luego de la semana de prueba; este auto necesita un pistón adicional, un turbo que ayude a la actual configuración, o mucha paciencia de quien lo conduzca, pues el excesivo ruido del motor que pasa a la cabina cuando lo aceleras con fuerza, es algo desesperante.
El interior del Mirage necesita también ayuda. No hablamos de los materiales, pues en autos de este tipo y a ese precio, no sería sensato pedir lujos, pero no puedo esconder cierto desconcierto, al encontrar el cable USB dentro de la guantera, el micrófono para los comandos de voz pegado con goma en la columna del timón, y algo similar con el altavoz del bluetooth. Son detalles que esperaría de un auto ruso, no de uno de los mejores vendidos por Mitsubishi. Los asientos han sido mejorados, pero carecen de descansadero para las manos, lo que adiciona incomodidad en caso de algún viaje largo.
Es injustificable que estos deslices no se amolden. El auto ofrece un manejo compuesto para su tamaño, y posee detalles llamativos, e incluso escasos, en algunos competidores, como calefacción en los asientos delanteros, apertura remota del depósito de gasolina, un sistema de información y entretenimiento que reacciona rápido con menús decentes, y una de mis prestaciones preferidas, Apple CarPlay y Android Auto.
La fidelidad -y quizás la felicidad- de los compradores con el Mirage está probada. Es uno de los autos que mejor retorno tiene de anteriores dueños en el segmento de los sub-compactos -quizás el que más-, y esto habla bien de él, o quizás, del amor que por el profesan los que le han conocido. Con más espacio interior, mejor economía de combustible y una generosa garantía, el Mirage seguirá conquistando nuevos compradores, y haciendo felices a los que retornan por uno nuevo, para continuar el, “romance a lo Mirage”.