El gobernador de Florida, Rick Scott, decretó hoy el estado de “emergencia” en siete condados afectados por el alga tóxica que se forma a raíz de las descargas controladas de agua contaminada del lago Okeechobee en ríos y estuarios, para evitar su desbordamiento.
La declaración, que abarca los condados Glades, Hendry, Lee, Martin, Okeechobee, Palm Beach y St. Lucie, permite a las autoridades estatales descargar y almacenar agua en áreas adicionales al sur del lago, explicó Scott tras hacer un recorrido por el acuífero.
El gobernador señaló que la medida busca “minimizar los impactos dañinos que estas emisiones están teniendo en las comunidades”.
La medida se suma a otra ordenada por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que suspendió a partir de hoy el desagüe de aguas del lago Okeechobee a los estuarios de los ríos St. Lucie y Caloosahatchee, cuya contaminación debida al exceso de nutrientes es propicia para la formación de algas tóxicas.
Esta agencia federal se ha visto obligada en los últimos años a hacer descargas controladas de agua a través de los ríos ante el peligro de desbordamiento del dique Herbert Hoover, que rodea el lago, el séptimo mayor del país.
El coronel Jason Kirk, comandante del distrito de Jacksonville, dijo, sin embargo, que pueden detener temporalmente las descargas por un “tiempo breve” mientras observan cómo se comporta el sistema.
Las descargas contaminantes del Okeechobee fluyen por los canales del dique, ríos y estuarios hasta llegar a varios condados del centro de Florida, lo que ha generado protestas de sus habitantes por la formación del alga tóxica.
Las aguas contaminadas del lago, que corren hacia el este por el río y estuario de St. Lucie y hacia el oeste por el Caloosahatchee, ayudan a la floración de esta alga o cianobacteria, capaz de envenenar la fauna terrestre y marina, y ocasionar trastornos al hombre.
Se trata de una putrefacta y espesa alga azul-verdosa que inunda los ríos que alarma por su toxicidad y capacidad de ahuyentar a los turistas y residentes.
Además del alga, el viejo dique Herbert Hoover, en el centro de Florida, se ha quedado pequeño para almacenar y retener las aguas cuando la lluvia arrecia.
Scott recordó hoy que esta pendiente de recibir fondos federales que utilizará para “acelerar las reparaciones críticas” del dique para almacenar más agua.