El triunfo del ‘Emirates Team New Zealand’ sobre el ‘Oracle Team USA’, que le valió recuperar la Copa del América para su país tras 14 años de travesía por el desierto ha sido como el resurgir del ave fénix en la vela mundial de la mano de una voluntad inquebrantable: Grant Dalton.
El esplendor neozelandés llegó con la victoria en las ediciones de 1995 y 2000 con Russell Couts como patrón y Peter Blake como director del equipo, pero todo dio un giro inesperado pocos meses después cuando Coutts dejaba el equipo y se iba con un equipo suizo de nueva creación, el ‘Alinghi’ de Ernesto Bertarelli.
Con él se llevó a la elite de la vela neozelandesa, regatistas como Grant Simmer, Brad Butterworth, Warwick Fleury, Simon Daubney y Murray Jones entre otros.
El equipo neozelandés quedó seriamente ‘tocado’ en su estructura de competición y otro golpe llegaba el 5 diciembre de 2001 cuando Sir Peter Blake, director y alma del equipo, era asesinado por unos piratas en Macapá (Brasil).
Luchas internas y problemas económicos debilitaron al equipo que se presentó en la defensa de 2003 técnicamente poco preparado ante el ‘Alinghi’ suizo patroneado por Coutts y con muchos miembros de su tripulación procedentes del ‘Team New Zealand’.
Por eso a nadie extrañó la derrota por 5-0 ante los suizos que, con recursos ilimitados, fueron el primer equipo que ganaba la Copa del América en su primera participación.
Desde esa derrota, Grant Dalton se convirtió, ese mismo año, en el máximo responsable del equipo neozelandés.
La siguiente decepción llegó en la edición de 2007 en Valencia, cuando el Team New Zealand perdía la final (5-2), de nuevo, ante el ‘Alinghi’, ahora al mando del estadounidense Ed Baird.
El momento más duro de la historia de la vela neozelandesa sería en la edición de 2013 cuando, compitiendo ya en catamaranes, caían de nuevo en la final, en San Francisco, y ahora frente al ‘Oracle’ estadounidense por 9-8, después de que el australiano James Spithill remontase a los neozelandeses un 1-8 en contra.
Esta nueva derrota parecía ser el final del equipo neozelandés, que perdería incluso el apoyo de su gobierno en la financiación del equipo, pero Dalton se resistió a ello.
Viajó por todo el mundo para encontrar patrocinios y los logró. Además, hombres como Matteo de Nora y Sir Stephen Tindall, sus dos mayores mecenas, le ayudaron a buscar nuevos ingresos y a mantener sus patrocinadores principales.
Una vez asegurado el primer paso, Grant Dalton tomó la decisión más complicada de su vida: el cese de Dean Barker, el patrón que había perdido las finales de 2003, 2007 y 2013, pero muy respetado en el país, nombrando a un joven talento de 24 años, entonces subcampeón olímpico de la clase 49er. llamado Peter Burling y que había ganado la Joven Copa del América en 2013.
Le acompañó un veterano de 37 años, el australiano Glenn Ashby, subcampeón olímpico de la clase Tornado y 16 veces campeón del mundo, que sería el jefe de la tripulación y que ya había competido con los neozelandeses en 2013.
Esto provocó una nuevas crisis interna en el equipo, pero Dalton se mantuvo inquebrantable y soportó la marcha de los hombres de la ‘vieja guardia’ como el jefe de diseño Nick Holroyd y los tripulantes Winston Macfarlane, Derek Saward y Jeremy Lomas, considerado el mejor proa del mundo.
Con un equipo de jóvenes talentos, casi todos debutantes, con nuevas innovaciones en lo visto hasta hoy en los catamaranes ‘voladores’ de alta competición, Grant Dalton, que el 1 de julio cumplirá 60 años, gran aficionado a las carreras de motocicletas compitiendo incluso en las de la isla de Man, se ha sacado la espina de las humillaciones sufridas ante James Spithill, Russell Coutts y muchos más devolviendo a su país su mayor orgullo: la Copa del América.