“Nunca es más oscura la noche, que cuando va a amanecer”. Creemos que la noche de los partidos políticos dominicanos, no puede ser más oscura.
Afectados internamente por divisiones, no solo en los partidos mayoritarios, sino también en las entelequias que, cual lapas, han sobre vivido engullendo sobras.
Altos dirigentes de esos partidos, incluyendo legisladores, presos o con otras medidas de coerción, por graves acusaciones de corrupción y con la perspectiva de que esa lista de dirigentes y congresistas corruptos se ensanche.
Presiones, no solo internas sino también a nivel internacional, para que otros casos de corrupción del pasado, también se traigan a la luz para que no periman.
La sociedad en su conjunto, exigiendo una ley de partidos políticos transparente y democrática, que termine con los privilegios de los dinosaurios dirigentes que no entienden que la era jurásica ya terminó y mantienen secuestrados sus respectivos organizaciones. Incluyendo el partido oficial.
Felizmente, no es que se perfila una luz al final del túnel. Es mucho más que eso. Se ve la claridad de una brillante mañana que augura caminar por nuevos senderos que nos llevarán a la anhelada ruta de nuestro verdadero desarrollo.
Este pueblo no puede perder la oportunidad que se le presenta en la actual coyuntura. Aunque las actuales circunstancias, hayan sido productos de entidades extranjeras, de castigar a aquellos que por años han vivido del robo, la sobrevaluación, el soborno, las evasiones y en algunos casos fabricándose leyes, en contra de la constitución, que los auto benefician.
En esta hora de decisiones trascendentales, no podemos, como Boabdil, contemplando desde sacro monte su hermoso palacio del Alhambra, llorar como mujeres lo que no hemos sabido defender como hombres.
Tenemos un grande y hermoso palacio que es la República Dominicana. No permitamos que sucumba por la ilimitada angurria de los insaciables, ni por los carroñeros que siempre han vivido, auspiciados por fuerzas foráneas, de la conspiración contra nuestra patria solo para beneficiarse de manera personal.
Hay que exigir ¡Justicia! Castigo a los culpables. Aplicarles todo el peso de las leyes. Eso es, ¡Las leyes! No es hora de inventos. Esos inventos han sido los causantes de muchos retrocesos en nuestra historia.
Debemos estar atentos a los acontecimientos. Abrir muy bien los ojos y mirar en todas direcciones. Principalmente, hacia las autoridades legalmente constituidas para que no le quiten la venda a la justicia y también mantener fija la mirada, en aquellos que siempre quieren pescar en rio revuelto.
Tenemos en nuestras manos una oportunidad de oro. No la desperdiciemos.