El Papa ha denunciado las formas “de esclavitud y encarcelamiento” contra menores “que provoca sufrimiento físico y psicológico”, al tiempo que ha insistido en la responsabilidad común de toda la sociedad ante la explotación infantil.
“Todos somos responsables de esto”, ha advertido el Pontífice durante la audiencia general de este miércoles al hacer referencia al Día Mundial contra la Explotación del Trabajo Infantil que se celebrará el próximo 12 de junio.
Francisco ha instado a las instituciones a hacer todo lo posible para proteger a los menores y a combatir con todos los medios la esclavitud infantil que, según ha lamentado, los “priva de su infancia y amenaza su desarrollo integral”. “Los niños son el futuro de la familia humana”, ha concluido.
En su catequesis, el Papa ha continuado con sus reflexiones sobre la oración al abordar el caso de Jacob, el astuto, que luchó con Dios, hasta que, herido, le renueva el corazón, porque “al que antes era ‘impermeable’ a la gracia y a la misericordia a causa de su presunción, Dios lo salvó de su extravió y lo miró con ternura”.
“A ese Jacob herido, Dios lo bendijo y le dio un nombre nuevo, haciéndole entrar en su tierra con el corazón renovado. Quien antes era impermeable a la gracia y a la misericordia a causa de su presunción, Dios lo salvó de su extravió y lo miró con ternura”, ha señalado.
Desde que comenzó la pandemia a finales de febrero, el Pontífice celebra la audiencia general, sin fieles, desde la biblioteca del Palacio Apostólico y el Vaticano lo retransmite en directo. El Papa y los sacerdotes que traducen la catequesis guardan las distancias de seguridad, pero no llevan mascarilla.
El Pontífice ha retomado parte de su agenda pública bajo estrictas medidas de seguridad. Desde principios de junio, cuando Italia comenzó a completar la fase de desescalada con la apertura de actividades comerciales, Francisco celebra el Ángelus asomado a la ventana de su estudio privado de la Biblioteca Apostólica y con presencia de fieles en la plaza de San Pedro.
