El aumento de la violencia armada en Haití ha provocado a su vez un empeoramiento en las cifras del hambre, hasta el punto de que este año habrá un 30 por ciento más de niños afectados por desnutrición aguda grave, según el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), que teme que las cifras pasen de 87.500 a 115.600.
Aproximadamente uno de cada cuatro niños haitianos arrastra una desnutrición crónica, lo que acarrea daños físicos y cognitivos a largo plazo. Los peores datos se concentran en la capital, Puerto Príncipe, principal foco de violencia en estos últimos dos años y donde sólo en abril más de 600 personas fueron asesinadas.
En la parte occidental de la capital, la más damnificada por la actividad de los grupos armados, la desnutrición aguda alcanza ya el 7,5 por ciento entre los niños, según las estimaciones de UNICEF.
El representante de esta agencia en Haití, Bruno Maes, ha lamentado que “cada vez más y más madres y padres no pueden ya proporcionar una nutrición y cuidados adecuados a sus hijos, y no pueden llevarlos a los centros de salud debido al aumento de la terrible violencia de los grupos armados”. Si se suma al actual brote de cólera, ha advertido, “el resultado es que más niños sufren emaciación grave más rápidamente, y morirán si no se toman medidas urgentes”.
En este sentido, la organización ha llamado a actuar y ha reclamado más fondos, ya que la falta de financiación puede poner en peligro las vidas de más de 100.000 menores. UNICEF necesita 17 millones de dólares (unos 15,5 millones de euros) en las primeras fases de respuesta para ampliar la detección temprana de emaciación infantil y ha recordado que de los 210,3 millones de dólares (192,3 millones de euros) solicitados para 2023, apenas se ha recibido el 15 por ciento.