El gobernador de Florida, Ron DeSantis, cesó hoy con efecto inmediato a la supervisora electoral del condado Palm Beach, Susan Bucher, y aceptó la renuncia de su homóloga del condado Broward, Brenda Snipes, efectiva desde el 4 de enero, en aras de “recuperar la fe en los procesos electorales” del estado.
Ambas decisiones, tomadas mediante decretos, tienen que ver con cómo manejaron Bucher y Snipes el proceso de conteo de votos de las elecciones intermedias del pasado 6 de noviembre.
Tanto en Palm Beach como en Broward hubo retrasos en el cómputo de votos, información no fiable sobre los votos emitidos y otros fallos.
“Hoy ponemos la atención sobre la necesidad de recuperar la fe en los procesos electorales de Florida”, dijo DeSantis, quien consideró que en los otros 65 condados del estado el proceso electoral del 6 de noviembre se hizo “bien”.
El gobernador dijo que Bucher demostró que fue incapaz de cumplir con las leyes del estado y sus obligaciones como supervisora electoral y no pudo dar información precisa sobre el número de papeletas de votación que se habían contabilizado.
“Es momento de volver la página en el condado Palm Beach para asegurar la fiabilidad y la transparencia de nuestros funcionarios electorales”, indicó.
El gobernador nombró dos nuevos supervisores electorales, Chris Anderson, veterano de Afganistán, para el condado Seminole, y Wendy Sartory Link para el de Palm Beach.
Snipes había sido suspendida a finales de noviembre en sus funciones por el anterior gobernador, Rick Scott, republicano como DeSantis y hoy senador en Washington, “por malversación, incompetencia y negligencia en el deber”.
Scott nombró en su lugar al abogado Peter Antonacci, que asumió como supervisor electoral del condado Broward el pasado diciembre.
Aunque había anunciado su renuncia con fecha del 4 de enero, a raíz de la polémica nacional que suscitaron las demoras y fallas de su equipo durante el proceso electoral de noviembre, Snipes se echó para atrás debido a lo que consideró una “sanción” por parte de Scott y pidió a la justicia ser restituida en su puesto.
Tanto DeSantis como Scott se vieron afectados directamente por los retrasos y problemas del escrutinio en Palm Beach y Broward.
La misma noche de las elecciones se declararon ganadores de la Gobernación y un puesto en el Senado, respectivamente, pero sus respectivas victorias, aunque ajustadas, no se confirmaron hasta un largo proceso de recuento de los votos.
