La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) o “brexit” y el aumento de la población serán factores que cambiarán este país “radicalmente” antes de 2030, según anticipa un informe divulgado hoy por un “think tank” británico.
El llamado The Institute for Public Policy Research (IPPR) vaticinó además que la futura marcha del bloque comunitario será “el pistoletazo de salida de una década de alteraciones”.
El documento elaborado por el citado “laboratorio de ideas” identificó varios factores que “remodelarán cómo vivimos y trabajamos”, entre ellos el “brexit”, que considera uno de los elementos “más perturbadores” de los próximos años.
Según esto, el resultado del histórico referendo europeo del pasado 23 de junio causó un “profundo shock” en el ámbito político y económico británico, que probablemente enfilará al país hacia un menor crecimiento y estándares de vida más bajos.
“El Reino Unido probablemente permanecerá atrapado en un bajo crecimiento, en una década de bajos tipos de interés, empujado por los cambios demográficos, las tendencias de la productividad, la inversión débil, la débil mano de obra, los altos niveles de deuda y los vientos en contra de una economía global lenta”, apunta el informe.
Agrega que “sin reforma, el sistema político y social británico tendrá dificultades para construir una sociedad más democrática y saneada en las próximas décadas, incluso aunque el ‘brexit’ nos acelere hacia un entorno institucional radicalmente diferente”.
Predice además que los cambios que experimentará la población -con una previsión de aumento de la población de mayores de 65 años en un tercio antes del final de la próxima década- impondrán nuevas presiones al país, que tendrán un coste estimado de 13.000 millones de libras (15.000 millones de euros) antes del año 2030-2031.
El IPPR también señaló que dos tercios de los actuales empleos -15 millones de puestos de trabajo- se encuentran en una situación de riesgo debido a las mejoras desarrolladas en las nuevas tecnologías, como los sistemas de inteligencia artificial.
Tanto el opositor Partido Laborista como los liberaldemócratas han percibido el documento como una crítica a la estrategia “de brexit duro” adoptada por el gobierno conservador de la primera ministra británica, Theresa May, que da prioridad al control de la inmigración sobre el acceso al mercado único de cara a las negociaciones con Bruselas. EFE
