Estados Unidos ha mostrado este martes su compromiso con la OTAN y ha señalado que los aliados decidirán “juntos” el futuro de la misión en Afganistán, después de que la administración de Donald Trump fijase el próximo 1 de mayo como fecha para abandonar el país, un plazo que viene recogido en el acuerdo de Doha con los taliban.
Así lo ha manifestado el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, antes de su primera reunión ministerial en el seno de la organización militar, que coincide con el primer encuentro presencial entre aliados desde que estallara la crisis por el coronavirus.
“Estoy aquí para expresar el firme compromiso de Estados Unidos con la alianza, que ha sido la piedra angular para la paz, estabilidad y seguridad para la comunidad trasatlántica. Y he venido porque Estados Unidos quiere reconstruir la relación con los aliados”, ha señalado Blinken en una rueda de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a su llegada a la sede en Bruselas.
En este sentido, el secretario estadounidense ha subrayado que la idea de Washington es “revitalizar” la Alianza Atlántica y garantizar que sigue cumpliendo con los objetivos con los que se fundó la organización hace 70 años.
La primera reunión en persona de los ministros aliados se presenta como un punto de inflexión para que la OTAN deje atrás las dudas generadas durante la etapa de Trump en la Casa Blanca y dé un nuevo impulso a la relación entre Europa y Norteamérica.
El propio Stoltenberg ha llamado a aprovechar la “oportunidad única” para relanzar la organización y se ha fijado la cumbre de líderes que tendrá lugar más adelante este año como momento para lanzar una agenda renovada para la Alianza, que incluya la respuesta a la asertividad de Rusia, el auge de China y plante cara a desafíos como las ciberamenazas y el cambio climático.
LA CLAVE ES ADOPTAR MEDIDAS “JUNTOS”
En cuanto a los temas que tendrán sobre la mesa el Consejo Atlántico este martes y miércoles, está la agenda 2030 para renovar la OTAN de cara a la cumbre de líderes, pero también asuntos más inmediatos como el futuro de la misión en Afganistán, en el que Stoltenberg quiere sincronizar los pasos de la OTAN con los de Estados Unidos.
“Estamos aquí para compartir parte de nuestro análisis inicial, pero quizás más importante para escuchar y mantener consultas. Porque eso es lo que hacen los aliados”, ha asegurado Blinken, al ser preguntado por la salida de Afganistán, marcada para mayo. Actualmente Washington, que ve difícil cumplir ese plazo, está evaluando la situación en el terreno antes de ordenar la retirada, mientras que la OTAN, que quería tomar una decisión ya en febrero ha aplazado el asunto a la espera de lo que haga la nueva administración estadounidense.
En todo caso, Blinken ha reiterado que la clave sobre la misión es que cualquier decisión se adopte conjuntamente entre los 30 aliados. “Fuimos juntos, hemos ajustado la presencia juntos, y cuando llegue el momento, nos iremos juntos”, ha subrayado el secretario de Estado que ha reiterado que la decisión de Washington estará influida por la posición de los aliados.
En este sentido, ha recalcado que en la OTAN todos quieren poner fin al conflicto en Afganistán y salir del país de forma ordenada, pero a la vez preservar la seguridad y estabilidad en el terreno para evitar que el país se convierta en un “santuario” del terrorismo. “La consulta se hará como Alianza y eso marcará el proceso y nuestras decisiones”, ha apuntado Blinken.
Por su parte, Stoltenberg ha puesto de manifiesto que la reunión servirá para que los 30 miembros “como Alianza” discutan sobre un tema tan “importante y difícil” como la presencia en Afganistán. El político noruego ha apuntado que el proceso de paz en Afganistán es “frágil”, pero se trata de la “única salida” a la crisis de dos décadas, por lo que ha pedido a los taliban que “negocien de buena fe, impliquen a todos los actores en la región, reduzcan la violencia y corten los lazos con las organizaciones terroristas”.
Preguntado si podrá debatir el gaseoducto Nordstream 2 con el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, Blinken ha asegurado que está deseando mantener un encuentro con Maas y ha avanzado que reiterará que el proyecto es una “mala idea” tanto para Europa como para Estados Unidos y “contradice los objetivos de seguridad energética de Europa”.