Por Marcelo Peralta |
Moca, provincia Ulises Francisco Espaillat, R.D.- Ha sido un ahijado de 17 años de edad, nativo de Moca que revestido de arrojo mató de un tiro a la cabeza al tirano presidente originario de Puerto Plata, el 26 de julio del 1899, Ulises Heureaux-Lilis, hecho que cambia el panorama nacional en ese entonces
El grupo de jóvenes valientes, decididos, defensores de la democracia, de la libertad, amantes de la Independencia, la libertad, la justicia y ajusticiaron al tirano presidente de la República Dominicana, Ulises Heureaux-Lilis, un 26 de julio del año 1899.
El cabecilla era Jacobito de Lara, quien al armar el complot tenía 17 años de edad, sin embargo, estaba lleno de patriotismo siendo el que disparó la bala mortal que arrancó la vida al tirano.
Integraban la organización, Ramón Cáceres, Horacio Vásquez, Manuel Cáceres, Blas de la Maza, Vicente de La Maza, Juan María Contín, entre otros.
La heroica hazaña de acabar con la vida del dictador Ulises Heureaux (Lilís), uno de los políticos con mayor influencia, liderazgo, poder, sanguinario, ambicioso, controversial y temerario de la vida nacional.
Con la muerte del Presidente de la República y dictador Lilís, quien había nacido en Puerto Plata, 21 de octubre de 1841 fue aquel histórico miércoles 26 de Julio que acabaron con su vida.
Durante la conspiración montada en el mismo centro de la ciudad del Viaducto ocurrida alrededor de las tres de la tarde “Día de Santa Ana”.
Es hecho sucedió cuando el pueblo estaba en aparente tranquilidad y un significativo grupo de la juventud sana, tranquila, trabajadora, en su mayoría rural, se rebelaba en contra del dictador, reclamando democracia y libertad.
Al ser asesinado en Moca, Heureaux andaba por este pueblo en un recorrido iniciado el día 21 de julio de 1899 con el objetivo de enterarse de disgustos que afectaban a su gobierno por la situación económica y la inestabilidad social.
Fue en ese periplo cuando recibía el tiro mortal disparado de manos de su ahijado Jacobito de Lara.
La bala disparada por el imberbe joven, penetró al corazón del temible dictador y terminó con su vida, permitiendo acabar con una de las dictaduras más feroces que haya surgido en República Dominicana.
Eran miembros del grupo de complot contra Ulises Heureaux, se destacan a Eduardo Contín, Luis María Cabrera, Diocleciano Cabrera, Dámaso Cabrera, Pablo Arnaud, José Brecha, Domingo Pichardo, Francisco Pérez, José Baldomero Amarante, Manuel de Jesús Michel, Doroteo Rodríguez, Azael Rodríguez.
Se mencionan a Domingo Rodríguez, David de León, Manuel Montalvo, Rafael Montalvo, Andrés Gómez, Santiago Jiménez, Tito Solano, Quime Cáceres, Arcedo Rodríguez, Marcos Almánzar, Silvestre Vásquez, Flor Veras y Ramón Peralta.
El gobernador y general Perico Pepín quien abrió fuego contra los ajusticiadores, rescató el cadáver del Presidente Heureaux y lo traslada a la ciudad de Santiago.
La proeza de Pepín y varios de sus hombres ha sido lo que permitió que despejaran el camino y llegaran a la ciudad de Santiago para examinar el cadáver del tirano y hacer las actividades religiosas y funerarias.
Con el hecho histórico del asesinato del dictador Lilís, los mocanos cerraron un capítulo de sangre, persecución y luto en la sociedad dominicano vivieron, nabrieron un nuevo siglo con aire democrático y libertario.
Biografía de Lilis.
Ulises (Lilís) Heureaux, militar y político dominicano nacido en Puerto Plata (1844 -1899), fue presidente de la República en dos ocasiones (1882-1884 y 1887-1899).
Durante su segundo mandato impuso un férreo sistema dictatorial en el país.
Era hijo de Dassas Heureaux y Josefa Level quienes lo criaron en adopción, no legal, y durante algún tiempo se llamó Hilarión.
Luego fue reconocido legalmente por su padre, quien le dio el nombre de Ulises.
Muy joven se sumó a las filas restauradoras, donde estuvo al mando de diversos jefes, incluido Gaspar Polanco, hasta caer bajo las órdenes de Gregorio Luperón.
Al lado de Gregorio Luperón desempeñó las funciones de militar y político, aunque luego, alcanzada la presidencia de la República, traicionaría los postulados de Gregorio Luperón.
En 1880, iniciado en el camino del poder, respaldó al Padre Fernando Arturo de Meriño como candidato a la Presidencia de la República, pasando a ser su ministro de Interior y Policía, ejecutor, en ocasiones por cuenta propia, de las medidas de fuerza que se creyeron necesarias para retener el poder.
Finalizado el gobierno del Padre Fernando Arturo de Meriño Meriño le sustituyó como presidente de la República, respaldado por el Partido Azul.
Lilís, Heureaux asumió por primera vez la máxima magistratura del Estado el 1 de septiembre de 1882 y abandonó el sillón presidenci1884 con la llegada al Palacio Nacional del escritor Francisco Billini, a quien el mismo Heureaux y otros le hicieron imposible gobernar.
Declarado defensor del independentismo dominicano, Heureaux gobernó en armonía con los dictados constitucionales durante su primer mandato.
Cuando accedió de nuevo a la Presidencia, instauró un régimen personalista que liquidó los principios democráticos, favoreció la corrupción y dejó al país en bancarrota.
Estableció un sistema electoral de votaciones indirectas que justificaban una y otra vez su reelección en el cargo.
Así consiguió perpetuar su dictadura en cuatro periodos de gobierno consecutivos: entre 1887- 1889; 1889-1893; 1893-1897 y 1897-1899.
Demostró sagacidad como estadista seleccionando la clase política a aquellos personajes que pudieran cumplir con eficacia los dictados de su administración.
A su favor estaban líderes del Partido Rojo, cabecillas del Partido Azul y seguidores de otras tendencias ideológicas que, formando parte del mismo bando, garantizaban la estabilidad del gobierno y la consolidación de su presidente en el cargo.
Logró fomentar enemistades entre sus propios compañeros de partido, y acabó con el liderazgo de Luperón para evitar que se organizara una fuerza política sólida con capacidad para limitar sus poderes.
Sin oposición, derogó leyes, controló órganos legales, fortaleció el ejército para disuadir posibles levantamientos.
Se ganó el apelativo de “Pacificador de la Patria”, pero la estabilidad se sustentaba en métodos de coacción que contemplaban desde detenciones y destierros hasta asesinatos para quien se oponía a su gobierno.
Mantuvo una intensa actividad diplomática con las grandes potencias europeas y el creciente imperio estadounidense.
Favoreció el desarrollo del capital extranjero en la isla para obtener, a cambio, concesiones y préstamos que nunca pagó y que, a su muerte, endeudaron al país durante décadas.
Cuando Heureaux asumió la cuarta Presidencia de su dictadura el 27 de febrero de 1897, ya comenzaban a vislumbrase los primeros síntomas del final de su mandato.
De su obsesión centralizadora y su incontestable autoridad continuaban emanando todas las decisiones que afectaban al país, pero los pilares de su régimen perdían solidez por culpa de la corrupción institucional y el alto grado de represión política.
Aplicó medidas de gobierno para ampliar el desarrollo agrícola y comercial, fomentó las vías de comunicación y reorganizó el ejército y la administración territorial del país, pero muchos de sus logros se pusieron al servicio del capital extranjero o del entorno creado alrededor de su propio sistema personalista.
Un grupo conspirador, encabezado por Ramón Cáceres, Jacobo Lara y Horacio Vázquez, dispuesto a poner fin a la dictadura, asesinó a Heureaux en la ciudad de Moca el 26 de julio de 1889.