Aunque pudiera interpretarse que estas palabras representan la misma acción o función, son diferentes. Actualmente trato de programar semanalmente un conversatorio con un grupo de médicos residentes de una especialidad determinada y con un tema previamente acordado, pero siento que caigo en el error de no tener algún invitado o máximo tres para discutir el tema acordado y preestablecido y empezar de buena forma la metodología para ser inicialmente el coordinador y que fluya en forma sencilla el conversatorio entre los asistentes, los cuales deberían tener conocimiento de lo que se va hablar, discutir, aclarar o nutrir del tema. Si los demás participantes no interactúan en el conversatorio no se habrá cumplido el objetivo del mismo, recordar que un conversatorio no se debe de pasar más de una hora y media aproximadamente y es preferible que no sea con mucho público. Hay variantes en este tipo de conversación que se lo dejamos a los que saben de esto.
Por todo esto, no creo que deba haber converastorio entre el gobierno, la oposición y los invitados especiales. Estos invitados especiales o mediadores no sufren los problemas actuales que padece el pueblo venezolano; además no están todos los actores de la sociedad que deben estar y que si saben de los muchos problemas a discutir, es decir no en un solo tema como se instila en un conversatorio.
Por eso el Diálogo es como más factible para entenderse entre dos o más individuos, como se plantea actualmente en Venezuela y con diversos problemas graves a resolver. Este diálogo no se ve sencillo pues algunos actores del gobierno son ya conocidos como peleadores, falta de respeto con periodistas, groseros, altaneros, amenazadores, burlones, prepotentes o con ideas de grandeza o frustrados de oficio, algunos con risitas sardónica ya conocidas. Además creo que algunos son unos comunistas retrógrados y no creo que crean en Dios y menos en la religión o en la iglesia como mediadores de paz. Puedo estar equivocado pero “tengo ojos y oídos” con 18 años de seguimiento a muchos personajes de ambos bandos. Nota: no todos los comunistas son mala gente o fanáticos, algunos son intelectuales a leer, pero muchos de los que he visto y oído son malos y peligrosos; pero también existen los no comunistas que pueden ser peores, hipócritas o bandidos como muchos marxistas, fascistas o totalitarios.
¡Ojo! sacerdotes del vaticano o de Venezuela, “ex_presidentes” invitados, los malvados y el mal está en las esquinas, en los hoteles o en las instituciones. De que hay bandidos, hay bandidos. La maldad existe en todas las sociedades, pero en Venezuela se siente más y Lucifer debe estar entre ellos o en la mente de varios. Yo creo que el papá tiene algo de intuición para hablar y enviar mensajeros de paz e incluso recibió al señor Maduro y de seguro le dijo algo con algunas palabras que empiece con “R”, como recapacite, reconcíliate o renuncie.
Faltan varios actores sociales, grupos políticos y religiosos ( que deben representar al mayor grupo o muestra de la sociedad) en ese diálogo y que deben ser invitados o por lo menos haber discutido en otros escenarios los puntos o problemas a discutir en esas reuniones de “alto poder o nivel” y que no vayan a durar 4 años, como la plática de paz en Colombia; ni se les ocurra prolongar más de una semana ese diálogo para decidir que hacer con las prioridades en Venezuela, no solo conversar del revocatorio o de la constitución, sino hablar de la crisis de salud, alimentación, de la usurpación de los poderes, de la economía, presos políticos entre otros temas, pues el río de problemas que tiene el país, junto con el pueblo hambriento, pobre, cansado y engañado por ambos bandos la corriente de ese río se los puede llevar a todos.
Consejos de un ciudadano que no es ajeno a la cotidianidad del pueblo, es que no se olviden para ese diálogo las opiniones de las mujeres combatientes por la paz y del hogar, las rasteadas o no, los estudiantes con bríos, la gente mayor y por supuesto al ciudadano de a pie. Los politiqueros de oficio, los bachaqueros de ambos bandos no sirven y los enchufados menos.
Por último tengan fe en una posible solución o en Dios los que creen, pero a pesar de todo no se chupen el dedo y estén atentos a los acontecimientos que vienen y recuerden: no somos un rebaño que unos pastores o políticos nos llevan al abismo o al matadero. No nos tomen el pelo, otra vez ¡Señores!.
Ciudadanos del país, acuérdense que hay ideólogos fanáticos que no ceden a sus ideas y si ceden, no crean en ellos, saben jugar bien sus cartas. Todo esto tendrá un desenlace, lo que no sabemos es cuando ni como
Dios, la virgen y los pastores los cuide a todos y vuelvo a escribir como el papá dice “recen u oren por mi”.
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Rubén Lopera