Los demócratas de Estados Unidos cerraban filas en torno a la campaña a la presidencia de Hillary Clinton y trataban de unificar al partido con un plan cuidadosamente orquestado para dejar a un lado a su persistente rival, Bernie Sanders.
El respaldo a Clinton del presidente, Barack Obama, lideró un día de unidad para los demócratas el jueves, mientras el partido se prepara para hacer frente al republicano Donald Trump. En medio del mensaje de armonía, Sanders recorrió la capital del país y recibió elogios en reuniones con Obama, el vicepresidente Joe Biden y los líderes demócratas del Senado.
En su mitin de campaña ante el estadio RFK, Sanders no mencionó a Clinton ni reiteró sus planes de ganarse el apoyo de los superdelegados. Tampoco habló de planes para una convención disputada en Filadelfia.
Los demócratas temen que las divisiones que surgieron entre Clinton y Sanders durante las primarias puedan estallar en la Convención Nacional Demócrata del mes que viene.