La viuda de un hombre al que el acaudalado empresario cubano de Miami (Florida) Manuel Marín mandó supuestamente asesinar tras descubrir que mantenía un romance con su mujer interpuso una demanda civil contra este por “compensación de daños”, según documentos a los que tuvo acceso Efe.
La querella fue presentada el pasado viernes en un tribunal del condado de Miami-Dade en nombre de Daisy Lewis Holcombe, viuda de Camilo Salazar, el hombre asesinado brutalmente, y sus dos hijas, menores de edad cuando se cometió el crimen en junio de 2011.
Además se incluye en la demanda a Yaddiel Marín, de 32 años, hijo del también cofundador de la cadena de supermercados Presidente y, según la demanda civil, la persona que “actuó en lugar de su padre como vicepresidente y propietario parcial” de la citada cadena de alimentación y otras compañías.
También figura en la demanda María Marín, madre de Yaddiel Marín y la primera esposa del empresario acusado de planear el asesinato de Salazar, de 43 años, cuyo cuerpo sin vida apareció en un camino rural a las afueras de Miami con señales de haber sido brutalmente golpeado, torturado y quemado.
En el documento de 22 páginas, la demanda busca una indemnización por el concepto de “daños compensatorios” para la familia de Salazar y establece, al mismo tiempo, el relato de los hechos y el crimen.
“Los últimos siete años han sido muy difíciles para toda la familia: perdieron a un padre, un hijo, un hermano y un esposo de la manera más atroz. Buscaremos una resolución justa y rápida a nuestras reclamaciones para lograr que la familia finalmente tenga el cierre que ha esperado”, señaló hoy en un comunicado al que tuvo acceso Efe el abogado de la familia, Benjamin Widlanski.
El 1 de junio de 2011 Manuel Marín “con la ayuda y apoyo de numerosos cómplices secuestraron a Camilo Salazar, le golpearon (…), condujeron a los alrededores de los Everglades, ataron las manos, quemaron los genitales y le degollaron” hasta dejarle sin vida, relata la demanda.
Fue un crimen “repugnante, motivado por el odio”, y fue posible gracias a la ayuda prestada a Marín por múltiples cómplices “antes y después del asesinato de Camilo”, incluidos los “acuerdos para financiar” el delito y la huida de Marín de la justicia, así como el “mantenimiento de sus intereses financieros”.
Un plan que también sirvió, añade la demanda, para “asegurarse de que (Marín) tuviera los medios necesarios para permanecer en el extranjero”.
Fue en febrero de 2011 cuando Marín, de 64 años, descubrió que su mujer, Jenny Marín, mantenía un romance con Salazar, con quien esta había salido años antes de conocer al empresario cubano y casarse.
Durante los meses siguientes, sostiene la demanda, Marín “amenazó a Jenny y Camilo en varias ocasiones” (…) y, tras rechazar la petición de divorcio que le había planteado su esposa, Marín, finalmente, “planeó, coordinó y participó en el complot” para secuestrar a Salazar.
Marín fue extraditado a Estados Unidos, donde aguarda juicio, tras ser detenido en agosto pasado en Madrid (España) prófugo de la justicia estadounidense.
Además de Manuel Marín, se arrestó por su presunta implicación en este caso a Alexis Vila Perdomo, medallista en lucha libre en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996), y a Roberto Isaac, entrenador y promotor de combates.
A mediados de noviembre último, Yaddiel Marín fue detenido en el sur de Florida por su presunta complicidad.
Otro acusado hasta el momento, Ariel Gandulla, luchador de artes marciales mixtas, ha escapado de la justicia y reside “abiertamente” en Vancouver (Canadá), debido a que su extradición a EE.UU. es compleja por su ciudadanía cubana.
La investigación policial señala que Marín supuestamente se confabuló con este promotor de boxeo y los dos luchadores para que le ayudaran a secuestrar, torturar y matar a Salazar.
En agosto pasado, la popular cadena de supermercados Presidente, que posee 30 establecimientos en el sur de Florida, señaló a Efe que Yaddiel Marín era “accionista minoritario” en algunos supermercados de la cadena.
Precisó que Manuel Marín, detenido en agosto cuando iba a entrar a la embajada de EE.UU. en Madrid, no estaba vinculado con la empresa desde 2011.