El envío de paquetes bomba a personalidades demócratas no cesó hoy, con tres nuevos artefactos dirigidos al exvicepresidente Joe Biden y el actor Robert de Niro, con lo que suman ya diez desde el lunes, en lo que las autoridades han calificado de “terrorismo”.
Biden y De Niro, que han expresado en numerosas ocasiones su rechazo al actual Gobierno, se unieron este jueves a la lista de nueve destinatarios de sobres similares.
En el caso de Biden, las autoridades informaron de que fueron dos los artefactos enviados a su residencia: el primero fue interceptado en New Castle y el segundo fue localizado en una oficina postal de Wilmington, ambas localidades situadas en el estado de Delaware.
El dispositivo mandado a De Niro fue detectado por la policía de Nueva York en un local propiedad del artista.
El alcalde de esa ciudad, Bill de Blasio, el jefe de la policía local, James O’Neill, y representantes del FBI y de las agencias de inteligencia ofrecieron datos en una rueda de prensa en el centro de mando policial sobre esta investigación “a nivel nacional”.
De Blasio y O’Neill enfatizaron la importancia de la colaboración ciudadana para esclarecer el caso, que abarca un total de diez “dispositivos sujetos de ser explosivos” interceptados en diferentes lugares del país y cuyos análisis se centralizan en la sede del FBI en Quantico (Virginia).
Preguntado por informaciones de prensa que apuntaban que el origen de los paquetes era Florida, el responsable del FBI en el caso, William Sweeney, evitó confirmar o desmentir, y solo declaró que “algunos” fueron enviados a través del correo.
Sweeney explicó que la investigación está en una etapa temprana y se están analizando los dispositivos, pero descartó que el polvo blanco contenido en un sobre junto al paquete hallado el miércoles en la sede de la cadena de televisión CNN, en Nueva York, “presente una amenaza biológica”, aunque está siendo sometido a pruebas.
La situación ha llevado a las autoridades neoyorquinas a incrementar la presencia tanto policial como militar en puntos clave de la urbe, como la estación Grand Central o el Rockefeller Center.
El goteo de paquetes bomba de aspecto casero comenzó el pasado lunes, cuando el multimillonario y filántropo George Soros recibió uno en su residencia, en el estado de Nueva York.
Sin embargo, fue ayer, miércoles, cuando saltaron las alarmas con la detección de paquetes sospechosos enviados a figuras del Partido Demócrata, como el expresidente Barack Obama (2009-2017) y la excandidata presidencial Hillary Clinton.
También fueron destinatarios el exfiscal general Eric Holder, la congresista Maxine Waters y el exdirector de la CIA John Brenan, cuyo paquete fue enviado a la sede de la CNN.
Además, aunque no le han enviado ningún paquete directamente, también se ha visto afectada la congresista demócrata Debbie Wasserman Schultz, puesto que la dirección de su oficina es la que figura en el remite de los sobres y, de hecho, a su puerta llegó ayer la bomba destinada a Holder porque su dirección era errónea.
El hecho de que todos los destinatarios fueran miembros del Partido Demócrata o personas contrarias al presidente Donald Trump apuntan a una posible motivación política, aunque todavía se desconoce la autoría.
Estos sucesos se producen cuando apenas quedan dos semanas para la celebración de elecciones legislativas en el país, el próximo 6 de noviembre.
Pese a su postura conciliadora de ayer, Trump acusó hoy a los medios de comunicación de haber creado un ambiente, que ha acabado desembocando en los ataques de estos últimos días.
“Una gran parte de la ira que vemos hoy en día en nuestra sociedad es causada por las informaciones deliberadamente falsas e inexactas de los medios de comunicación masivos a los que me refiero como las noticias falsas”, dijo Trump en su cuenta de Twitter.
El mandatario subrayó que se trata de algo “tan malo y odioso que ha excedido cualquier descripción”.
“Los medios de comunicación masivos deben cambiar su comportamiento, RÁPIDO!”, agregó.