Tenemos en nuestras manos, gracias a doña Consuelo Despradel, nuestra querida “Chello”, el “Plan de Contingencia para Flujos Masivos de Inmigrantes en República Dominicana” RESUMEN EJECUTIVO Y HOJA DE RUTA.
Este documento debe ser lectura obligada para toda la población dominicana, pues, definitivamente, es el principio de la disolución de nuestro país.
Los compromisos internacionales a los que se comprometería la República Dominicana si firma esta barbaridad, sería el preámbulo de la entrega total de nuestra soberanía.
Ante la debacle que la comunidad internacional pronostica para el vecino Haití, nuestro país se compromete a aceptar como refugiados a todo haitiano que lo solicite. Han establecidos cinco puntos fronterizos de entrada que son, Monte Cristi, Dajabón, Elías Piña, Jimaní y Pedernales. Donde se proveerá a los haitianos de un carné de identificación.
El documento contó con la contribución técnica y financiera de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas de los Refugiados (ACNUR) y refrendando por todos los organismos nacionales que tienen dentro de sus responsabilidades la migración, seguridad y defensa de la patria.
Los refugiados haitianos recibirán asistencia con soluciones oportunas en campamentos que se instalarán en la frontera del lado dominicano que incluyen, entre otras ayudas, albergue, alimentación, servicios médicos y hasta apoyo monetario. Con el agravante de que, en esa calidad, no son sujetos de deportación.
En ninguna parte del acuerdo se habla de establecer correctivos para evitar la inminente catástrofe. Es mucho más fácil, como hizo la MINUSTAH, dejar que todo suceda y que el desorden se extienda hacia el este, lo que provocaría un sangriento enfrentamiento entre dominicanos y haitianos. Pues no es verdad que los quisqueyanos van a ceder su país sin luchar. Esa sería la justificación a otra intervención militar en toda la isla y, eventualmente, a su unificación.
Por alguna razón que no logramos entender, esa solución a este gravísimo problema es el que siempre han tenido en carpeta Canadá, Francia y los Estados Unidos de América, apoyados por organismos internacionales como la ONU y la OEA y algunos traidores a la patria.
En vez de tratar de arreglar el estado fallido que es Haití, involucrando a otros países en su solución, como sería que cada uno de los 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas acojan 50,000 haitianos en sus territorios, algunos pudieran recibir muchos más, están empecinados en destruir la nación dominicana.
Dominicanos, ya estos no son rumores ni especulaciones. Es una amarga realidad con detalles específicos. A continuación, les dejamos el enlace para que puedan leer el documento completo y comprobarlo por ustedes mismos.