El temor a que la propagación de la epidemia del coronavirus Covid-19 fuera de China se transforme en una pandemia global ha provocado caídas superiores al 3% en el precio del barril de petróleo, que cotizaba en mínimos desde principios de febrero, en previsión de que la demanda global se vea lastrada por el virus, mientras que activos refugio como el oro o el paladio escalaban a nuevos máximos.
En el caso del crudo de calidad Brent, de referencia para el Viejo Continente, el precio del barril se situaba en 56,41 dólares a media sesión, después de haber llegado a perforar a la baja la cota de los 56 dólares, un 3,6% por debajo del cierre anterior.
Por su parte, el precio del barril de petróleo West Texas, de referencia para Estados Unidos, cotizaba en los 51,36 dólares, frente a los 53,38 dólares del cierre de la última sesión.
En lo que va de año, la cotización del barril de Brent ha caído más de un 14%, mientras que la del Texas baja casi un 16%.
Rusia y Arabia Saudí tienen previsto abordar la situación actual del mercado petrolero en la próxima reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que tendrá lugar el 5 y el 6 de marzo en Viena (Austria).
Durante el cónclave de la OPEP y sus aliados, los países debatirán la duración de su pacto de recorte a la producción de petróleo, que entró en vigor en enero de 2017 y se ha renovado en varias ocasiones desde entonces. En este sentido, el comité técnico del pacto ha recomendado extender los recortes hasta finales de año, así como incrementar su cuantía, debido al impacto del coronavirus en los precios del crudo y en la demanda mundial de petróleo.
De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advertía en su último boletín de que la epidemia del coronavirus y su impacto sobre la economía china, donde numerosas empresas se han visto forzadas a extender a febrero los cierres iniciados el mes pasado por las vacaciones del Año Nuevo Lunar, han provocado un retroceso de 435.000 barriles en la demanda diaria de petróleo en el primer trimestre de 2020, la primera caída del consumo mundial de crudo desde la Gran Recesión en 2009.
Paralelamente a la depresión de los precios del petróleo, la cotización del oro ha registrado una renovada euforia compradora, que ha permitido alcanzar a la onza del preciado metal su mayor precio desde 2013, cerca de los 1.700 dólares. A media sesión, el precio al contado de la onza de oro se situaba en los 1,682,40 dólares, un 2,4% por encima del último cierre.
Asimismo, el ‘rally’ del paladio continúa con una subida de casi el 1% este lunes, hasta un máximo de 2.733,37 dólares desde los 2.709,92 dólares del cierre del pasado viernes.