La descentralización del Departamento de Educación de Puerto Rico se presenta como una oportunidad para transformar el sistema educativo y mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Sin embargo, es importante comprender que esta iniciativa va más allá de un simple cambio de puestos administrativos y atornillar gente en puestos políticos en tiempos de elecciones.
Reducción de la burocracia y empoderamiento local:
La descentralización busca eliminar la burocracia excesiva que ahoga al sistema actual. Al transferir la toma de decisiones a nivel local, se pretende que las comunidades educativas tengan mayor control sobre el currículo, tengan menos papeleo que hacer para la oficina central, tengan los recursos y puedan llevar a cabo las estrategias pedagógicas para cada uno de sus estudiantes. Esto permitirá adaptar la educación a las necesidades específicas de cada región y cultura, en lugar de imponer un currículo único para todos.
Enfocarse en el aprendizaje:
El centro de la reforma debe ser el aprendizaje y en la lectura de los estudiantes. La descentralización, por sí sola, no garantiza este objetivo. Es fundamental que los recursos y esfuerzos se dirijan a mejorar la calidad de la enseñanza, especialmente en áreas como la lectura, escritura y computación.
Más maestros, menos administradores:
Para atender las necesidades de los estudiantes, especialmente en los primeros años de escolaridad, se requiere un mayor número de maestros calificados por salón. Se necesitan por lo menos tres maestros por salón en las clases de español para attender las deficiencias en la lectura. Aumentar la cantidad de docentes en el nivel elemental debe ser una prioridad, en lugar de crear más puestos administrativos de confianza con mas de 100 mil dolares al año que no aportan directamente al aprendizaje de los niños.
Combatir el analfabetismo:
Puerto Rico enfrenta un problema alarmante de analfabetismo, con más del 10% de la población sin las habilidades básicas de lectura y escritura. Eso representa mas de 300,000 personas en la isla que no saben leer. La descentralización debe ser una herramienta para combatir este flagelo, enfocando esfuerzos en programas efectivos de alfabetización, educación básica y la educación vocacional de calidad.
Más allá de la rendición de cuentas:
La rendición de cuentas es importante, pero no debe ser el único objetivo de una descentralización. La verdadera rendición de cuentas se logra cuando los estudiantes demuestran un aprendizaje significativo y están preparados para enfrentar los retos del mundo actual. Eliminar urgentemente la burocracia centralizada y enfocarse en el aprendizaje del estudiante son pasos cruciales para alcanzar este objetivo. Todos los días se estan violando los derechos a una educación de calidad que exige la constitución de Puerto Rico.
Un llamado a la acción:
La descentralización del Departamento de Educación es una oportunidad para transformar la educación en Puerto Rico. Sin embargo, es necesario que esta iniciativa se implemente de manera efectiva, con un enfoque claro en el aprendizaje de los estudiantes y en la eliminación de obstáculos burocráticos. Es hora de dejar de lado las soluciones superficiales y trabajar en conjunto para construir un sistema educativo que prepare a las nuevas generaciones para el éxito.