Te compran el voto por 500 pesos y un Pica-Pollo con “papa cáncer” y mucho “cachú”, más una gaseosa, para que te mueras pronto. 500 pesos y un Pica-Pollo para que los elijas cada cuatro años. No sabes, infeliz, que por 500 pesos y un Pica-Pollo está hipotecando tu futuro y el de tus hijos, que les estás firmando un cheque en blanco para aumentar tu pobreza mientras ellos garantizan cuatro años de opulencia Acumulan tanto dinero y poder, que otra vez, el día de las elecciones, regresan para comprar tu conciencia. ¡Te engañan de nuevo, pueblo, ignorante, pendejo y pobre!
En navidad, con tu dinero en sus bolsillos, te regalan miserables canastas, fundas y cajas con golosinas y un poco de alimento para la “noche buena” como si tuvieras derecho a cenar solo una de las 365 noches del año. Y haces una cola enorme resistiendo empujones y maldiciones. ¡No te das cuenta que eres un mendigo en una cloaca de país!
Te vendes por 500 pesos y un Pica-Pollo Chino cada cuatro años y por una canastica, funda o cajita navideña con pica pica, una botellita de aceite, dos libras de arroz malo, una libra de azúcar prieta, una latita de salsa, dos “sopitas”, un salami con materia fecal, tal vez un pollo, una libra de habichuelas con gorgojos, uvas y manzanas desechables. ¡Coño que barato te vendes!
Ellos andan protegidos por guardias y policías, con saco y corbata, con “manitas limpias” en la yeepeta o en el helicóptero, burlándose de tu miseria, enrostrándote su riqueza y su poder. Le dan pobreza a los pobres, enajenándolos, envileciéndolos, embruteciéndolos, humillándolos. ¡Y no les da vergüenza! Al contrario, creen que se humanizan, que se la “están comiendo”. ¡Son demagogos profesionales!
La economía crece y crece cada dos y tres meses, según las autoridades monetarias. No hay inflación, aseguran. Pero ese crecimiento no llega a ti. La riqueza del país no toca a tu puerta. Solo sabes que lo que ayer te costaba un peso hoy te cuesta cinco o diez, que el combustible sube todas las semanas, igual que el transporte, la energía eléctrica, los atracos, los asaltos y los crímenes.
La economía crece en sus mansiones y villas protegidas por militares fuertemente armados para que no llegue la pobreza (los pobres) ni la delincuencia de los barrios marginados. Se transportan yeepetas negras, helicópteros, avionetas y jets súper modernos y caros. ¡Ellos viven como reyes mientras tú, imbécil, vendes tu voto por un Pica-Pollo y por una canasta de mierda en navidad!
La democracia es una caricatura de un mal caricaturista; una mueca de tristeza, una sonrisa de muerte, un guiño a la desnutrición (más del 12 % de los dominicanos están desnutridos, según el último informe), una patada en el trasero de los miserables que explica porque ocupamos los últimos lugares en todo, menos en corrupción, criminalidad y accidente de tránsito, donde encabezamos la lista.
La democracia de los ricos, de los que compran votos y conciencias, de los corruptos, de los traficantes, de los evasores de impuestos, de los políticos, de los funcionarios ladrones protegidos por la justicia, pero para los que venden sus votos por 500 pesos y un Pica-Pollo, para los que hacen inmensas colas de hasta dos días para recibir una canasta o una caja navideña, no hay democracia.
La democracia no es hablar, ni protestar en los parques con policías y militares amenazando con disparar; democracia es educación, educación y más educación; democracia es salud, salud y más salud; democracia es empleo digno y seguro; democracia es alimentación y vivienda; democracia no es exclusión y marginalidad como la que se pone de manifiesto durante la entrega de canastas y cajas navideñas miserables para miserables.