Lo normal es que alguien tenga que ganar cinco partidos completos para alcanzar la semifinal de un Grand Slam. Novak Djokovic ha desembarcado en esa instancia en el Abierto de Estados Unidos con apenas dos completos, ya que tres rivales se retiraron del torneo con lesiones.
Djokovic, el máximo preclasificado y campeón vigente, se abrió paso a las semifinales en Flushing Meadows por décimo año seguido cuando Jo-Wilfried Tsonga se retiró por una dolencia en la rodilla izquierda.
Luego que Djokovic ganó los primeros dos sets por 6-3, 6-2 la noche del martes, Tsonga recibió tratamiento por parte del kinesiólogo y le vendaron la pierna izquierda debajo de la rodilla. El francés y noveno preclasificado cometió doble falta en el primer punto del tercer set, y optó por no seguir.
El rival del serbio en la segunda ronda, Jiri Vesely, no se presentó por una lesión en el antebrazo izquierdo. Su oponente en la tercera rueda, Mijaíl Youzhny, se retiró tras seis games por una dolencia en el isquiotibial izquierdo.
“Estoy a una victoria de la final. A medida que pasa el torneo, siento que voy mejorando”, señaló Djokovic. “Por supuesto, este es un Grand Slam bastante peculiar para mí, el tener tres retiros en el camino a las semifinales”.
Djokovic se las verá ahora contra otro francés: Gael Monfils. El décimo cabeza de serie se deshizo 6-4, 6-3, 6-3 de su compatriota Lucas Pouille, quien venía de eliminar a Rafael Nadal.
Pese a las numerosas veces que ha llegado a la penúltima ronda en Nueva York, sólo dos de sus 12 títulos de Grand Slam han sido en el torneo en superficie dura, en 2011 y 2015. Ha perdido en cuatro finales y en tres semifinales.
Resulta complicado medir su nivel ahora, simplemente porque no se le ha visto mucho en la pista: menos de seis horas y media en cinco rondas.
After his run of four consecutive major championships — the first time a man had done that in nearly 50 years — was capped by his initial French Open title, Djokovic was upset in the third
Luego de ganar su primer Abierto de Francia, Djokovic sucumbió en la tercera ronda de Wimbledon. Se consagró en el Masters de Toronto y perdió a las primeras de cambio en los Juegos Olímpicos de Río, donde se vio afectado por una dolencia en la muñeca izquierda.
Durante sus partidos de primera y cuarta ronda en el US Open, Djokovic recibió masajes en el brazo derecho, así que la vía libre que ha tenido no ha sido algo tan malo.
“En esta etapa de la temporada, considerando los problemas físicos que he tenido en el último mes y medio, este era el escenario que necesitaba y deseaba. He tenido varios días de descanso y me he recuperado físicamente”, comentó Djokovic. “Ahora mismo, me siento cerca del tope. Ahí es donde quiero estar”.
Monfils, Pouille y Tsonga conformaron un trío de franceses en los cuartos de final en este US Open, algo que no ocurría en 89 años.
A lo largo de los años, la referencia sobre Monfils era de un tenista dotado de inmenso talento que también estaba más interesado en protagonizar jugadas vistosas en vez de ser pragmáticos en sus tácticas en la cancha.
Los videos son buenísimos, todos esas zambullidas espectaculares, esos giros de 360 grados para darle un smash a la bola, las devoluciones entre las piernas.
Pero esas jugadas no siempre redondeaban en victorias. Había sucumbido seis veces en los cuartos de final en los torneos de Grand Slam hasta que este martes se enfrentó a Pouille.
Constante de principio a fin, con una leve cuota de espectacularidad, Monfils se instaló en su primera semifinal de un Slam desde 2008 con un despliegue metódico en el estadio Arthur Ashe.
Posteriormente, Monfils respondió a los que le cuestionan sus métodos.
“Me arrojo porque quiero ganar el punto. Claro que quiero ganar el punto. Cuando estás en este show, francamente, es para entretener, pero es para (también) ganar. Entonces, ¿cuál es el sentido de hacer show y perder?”, dijo Monfils. “Por eso es que la gente piensa, ‘Míralo, está brincando, se desliza’. Al final de cuentas, ¿se creen que soy bobo?
Monfils, quien la semana pasada cumplió los 30 años de edad, solo una vez previa había accedido a una semifinal de un Slam: eso fue hace ocho años y medio en el Abierto de Francia.
Pero el carismático Monfils ha desplegado el mejor tenis de su carrera en las últimas semanas, ganando todos los 15 sets que ha disputado en este torneo.
“Esta es una pista que me encanta”, señaló Monfils al público en una entrevista en la cancha. “Siempre digo que Francia es mi casa, pero esta es la segunda”.
Pouille, 24to preclasificado, simple y llanamente se quedó sin fuerzas el esfuerzo supremo de vencer a Nadal en cinco sets. Acumuló tres veces más errores no forzados que Monfils, 44-15.
Nunca había ganado un partido en el US Open o uno al máximo de cinco sets hasta la semana pasada. Su victoria tras cuatro horas y resto contra Nadal el domingo fue su tercer duelo a cinco sets consecutivo.
Nadie ha encado cuatro victorias a cinco sets en un grande en la era abierta, que se remonta a 1968.
“Por supuesto que estaba algo cansado hoy”, reconoció Pouille.
Monfils reiteradamente recurrió a globos para sumar puntos ante Pouille.
“Sabía que estaba algo agotado, por lo que buscó atacar la red”, dijo Monfils. “Y el globo fue el mejor recurso”.
En el cuadro femenino, Angelique Kerber avanzó a su tercera semifinal de un Grand Slam este año al derrotar 7-5, 6-0 a Roberta Vinci.
La alemana tiene la posibilidad de desplazar a Serena Williams del primer puesto del ranking mundial. Kerber venció a la estadounidense en la final del Abierto de Australia en enero y cayó ante la misma oponente en la final de Wimbledon en julio.
Por el pase a la final, Kerber se enfrentará el jueves contra Caroline Wozniacki. La danesa, dos veces subcampeona del US Open, avanzó con una fácil victoria 6-0, 6-2 sobre la letona Anastasija Sevastova.