Hay dos palabras que se escuchan una y otra vez en la batalla electoral entre el senador republicano Marco Rubio y su desafiante demócrata Patrick Murphy: Donald Trump.
Toda vez que puede –en actos, entrevistas y, sobre todo, en los debates que tuvieron– Murphy trató de asociar a Rubio con el magnate, cuya estrella se está desvaneciendo en la puja por la presidencia.
“Cuando Donald Trump se rebaja, Marco Rubio está allí con él”, dijo Murphy durante un reciente acto de Hillary Clinton. “Marco Rubio dice que se le va a plantar a Trump si es elegido presidente. ¿En serio? ¿Qué va a hacer si no pudo plantársele ni siquiera como candidato? Donald Trump se vanagloria de sus agresiones sexuales y Marco Rubio se hace el distraído”.
Hay marcados contrastes entre las posturas de ambos acerca del control de armas, los planes de salud, la política exterior, la economía y el aborto, y ambos candidatos tratan de explotar la impopularidad de los aspirantes a la presidencia del partido rival.
“Estoy muy insatisfecha con Marco Rubio”, afirmó Judith Lyons, masajista jubilada de 68 años, demócrata, de Tallahassee. “Todas las cosas feas que se dijeron los dos durante las primarias fueron horribles, y (Rubio) está dispuesto a votar por él (Trump)”.
Rubio parece contar con el apoyo de los republicanos, incluso de aquellos que le han dado la espalda a Trump. Diana Font es una republicana de toda la vida que va a votar por Clinton y por Rubio. Dice que el senador es un “hombre del pueblo” que se ve cara a cara con sus votantes.
“¡Lo quería de presidente!”, dice Font, de 57 años y quien es directora ejecutiva de la oficina local de la Cámara de Comercio de Puerto Rico. “Estoy orgullosa de él, de lo que ha hecho”.
Rubio, hijo de cubanos de 45 años, pasó a ser de inmediato el favorito al lanzar su candidatura a último momento, luego de decir que no iba a volver a postularse. Eso complicó las perspectivas de Murphy, un joven de 33 años, poco conocido a pesar de haberse postulado hace más de un año. Rubio y las organizaciones que lo apoyan invirtieron muchísimo más dinero en la campaña.
Murphy recibió un gran espaldarazo del presidente Barack Obama, que ha criticado a Rubio en actos en la Florida, sobre todo por su relación con Trump.
“Marco Rubio dijo que (Trump) era un peligroso embaucador que se pasó toda su vida aprovechándose de la gente trabajadora”, dijo Obama en un acto de octubre en Miami. “¿Por qué Marco Rubio sigue planeando votar por Donald Trump? ¿Por qué sigue apoyándolo?”, preguntó.
A pesar de que Rubio es mucho más conocido y tiene más dinero, Murphy se mantiene a tiro en las encuestas más recientes, un indicio de que la estrella de Rubio ya no brilla tanto en la Florida, donde ha sido acusado de descuidar sus tareas como senador para buscar la presidencia.
Murphy ha cumplido dos períodos en la Cámara de Representantes y los republicanos lo acusan de adornar su currículum. Dice que es un contador público y propietario de una pequeña empresa. Pero, si bien trabajó en una firma contable de la Florida, no tiene licencia de contador en este estado y la empresa de limpieza del medio ambiente a la que alude la financió su padre, que es rico.
Rubio también buscó explotar la impopularidad de la candidata demócrata a la presidencia Hillary Clinton y recuerda que Murphy le ha brindado su pleno apoyo.
“Si Murphy está dispuesto a confiar al 100% en Hillary Clinton, está bastante solo”, sostuvo durante un debate. “El trabajo de un senador no es confiar ciegamente en un presidente por el simple hecho de que es de su mismo partido”.
Mientras que Clinton comparte el escenario con Clinton y Obama, Rubio se ha distanciado de Trump, que lo llamó “pequeño Marco” durante las primarias. Apoya la candidatura de Trump a la presidencia, pero dice que responde por todo lo que afirmó durante las primarias. No se presenta en actos con Trump y sigue criticando algunas cosas que dice. En una cena del partido Republicano de octubre, no mencionó una sola vez a Trump durante un discurso de media hora, que siguió a otro del compañero de fórmula del magnate Mike Pence.
Murphy, en cambio, no se cansa de mencionar a Trump al hablar de Rubio. En los dos debates que sostuvieron, lo hizo 28 veces.
“Un sustantivo, un verbo y Donald Trump. Esa es su respuesta para todo”, bromeó Rubio.
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Por BRENDAN FARRINGTON