El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llamado de nuevo este viernes “matones” a las personas que se están congregando en Washington para protestar contra el racismo y la brutalidad policial y ha insistido en que son “anarquistas y agitadores”.
“No son manifestantes. Son anarquistas, agitadores, alborotadores, saqueadores”, ha asegurado Trump. “No tiene nada que ver con George Floyd. No tienen ni idea de quién es. Si les preguntas ‘¿Quién es George Floyd? contestarían ‘no lo sé'”, ha sostenido en un acto de campaña en New Hampshire.
El mandatario ha vuelto a echar la culpa de las protestas a los demócratas, ya que ha asegurado que solo se originan “en las ciudades controladas por los demócratas”, según informa la cadena Fox News.
Asimismo, Trump ha valorado la actitud del candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, al que ha calificado de “marioneta” de la izquierda radical que “ni siquiera sabe si está vivo”. “Creo que tengo el honor de presentarme contra el peor candidato del Partido Demócrata”, ha sostenido.
Más tarde, y a través de su cuenta en la red social Twitter, el mandatario estadounidese ha alertado de la situación en Portland y ha asegurado que si el “incompetente” alcalde, Ted Wheeler, “no toma el control”, el Gobierno se encargará.
“Si no toma el control de su ciudad y para a los anarquistas, agitadores, alborotadores y saqueadores, causando un gran peligro para la gente inocente, entraremos y nos ocuparemos de los asuntos como se debía de haber hecho hace 100 días”, ha sostenido.
Miles de personas se han reunido este viernes junto al monumento a Lincoln que se encuentra en la Explanada Nacional en Washington para protestar contra el racismo y exigir que se haga justicia.
La manifestación, que se produce en el 57º aniversario de la Marcha por el Trabajo y la Libertad de 1963 en la que Martin Luther King pronunció su famoso discurso ‘Yo tengo un sueño’, contará con la intervención de familiares de ciudadanos afroamericanos que han sido disparados o asesinados por agentes de Policía.
La marcha tiene lugar tras varios días de disturbios en el estado de Wisconsin después de que Jacob Blake, un hombre negro, recibiera siete disparos por la espalda a manos de un agente de Policía a plena luz del día cuando trababa de mediar en una pelea entre dos mujeres.
El caso es, además, particularmente polémico debido a que las fuerzas de seguridad estadounidense han detenido a un adolescente de 17 años por haber matado presuntamente a dos manifestantes y haber herido de gravedad a un tercero con un arma semiautomática durante los disturbios.