Toyota ha decidido reducir en un 30 por ciento su inversión prevista en su nueva planta en el estado mexicano de Guanajuato, así como recortar a la mitad su capacidad de producción, confirmó hoy a Efe una portavoz de la compañía.
La nueva planta, que Toyota ya ha comenzado a construir en este estado central mexicano y cuya apertura está prevista para 2019, tendrá una escala menor de lo inicialmente planeado debido a que el gigante automovilístico nipón ha modificado su estrategia para la región norteamericana.
Toyota tenía previsto invertir 1.000 millones de dólares en la que será la decimoquinta planta de manufactura de la compañía en Norteamérica, pero esta cantidad se reducirá a 700 millones.
Esta reducción “no altera nuestro compromiso a largo plazo con México; el cambio es necesario para asegurar la viabilidad a largo plazo de nuestras instalaciones en Guanajuato”, explicó la compañía.
Aunque el fabricante nipón esperaba que la planta produjera unas 200.000 unidades anuales de su modelo de automóvil compacto Corolla, en su lugar fabricará unas 100.000 camionetas Tacoma, un modelo cuyas ventas han aumentado notablemente en norteamérica.
Toyota afirmó que Guanajuato se unirá a Baja California y Texas como su “centro de distribución de camiones”, dos instalaciones que “ya experimentan niveles de salida máximos”.
Este cambio de planes responde al traslado de la producción del Corolla a la nueva planta que Toyota construirá en EEUU junto a la también nipona Mazda Motor, una medida anunciada en agosto por ambos fabricantes.
La compañía, no obstante, no decidió hasta el 13 de octubre los nuevos detalles de inversión y producción de la planta de Guanajuato, a la que busca “llevar a buen término” para que sea “flexible, sostenible y altamente competitiva”, explicó la portavoz.
Por su parte, la planta estadounidense tendrá capacidad para producir 300.000 vehículos al año, podría estar en funcionamiento en 2021, y creará hasta 4.000 empleos.
Toyota ha conformado una alianza de capital con Mazda para construir esta planta y desarrollar tecnología para automóviles eléctricos, y ambas comparten el objetivo de potenciar su posición en el mercado norteamericano.
La nueva inversión de la compañía en Estados Unidos fue anunciada justo después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazase al fabricante nipón con aranceles aduaneros si continuaba con la construcción de su nueva planta de montaje de vehículos en México.
