El Tribunal Supremo de Illinois rechazó el pedido de la Fiscalía general del estado de revisar la sentencia de seis años y nueve meses de prisión que recibió el agente de la Policía de Chicago Jason Van Dyke por la muerte a tiros del adolescente afroamericano Laquan McDonald en 2014.
Según una resolución votada este martes, y divulgada este miércoles por medios locales, dos de los magistrados consideraron apropiada la intervención del tribunal para anular la sentencia, pero el cuerpo decidió por mayoría no intervenir, sin dar explicaciones.
El fiscal general, Kwame Raoul, declaró en un comunicado que “la decisión por mayoría y sin dar explicaciones” no confirma si la sentencia del juez Vincent Gaughan, de la corte del condado de Cook, “es consistente con la ley de Illinois”.
“De todas maneras, reconocemos y respetamos la autoridad del Tribunal Supremo”, afirmó Raoul, quien había impugnado la actuación del juez al considerar que decidió una condena que fue mucho menor de lo esperado.
El magistrado sentenció al policía a 81 meses de prisión, menos de la mitad de lo reclamado por los fiscales.
Con buena conducta, se estima que Van Dyke podría quedar libre en poco más de tres años.
El pedido de la fiscalía al Supremo era la anulación de la sentencia por homicidio en segundo grado, y la imposición de una sentencia por cada uno de los 16 cargos de agresión agravada con arma de fuego, lo que supondría muchos más años de prisión.
El policía de 40 años había sido declarado culpable por un jurado de homicidio en segundo grado y de 16 cargos de agresión agravada (uno por cada disparo) que le realizó a McDonald la noche del 20 de octubre de 2014.
Sin embargo, al emitir su veredicto, el juez se basó solamente en el cargo de homicidio en segundo grado, que consideró mucho más grave de los cargos de agresión.
Uno de los abogados defensores de Van Dyke, Dan Herbert, dijo hoy en una declaración escrita que la decisión del Supremo significa un “golpe final” a la “explotación política” de la muerte de Laquan McDonald.
“Nuestro sistema judicial puede no ser perfecto, pero los cimientos del sistema hacen que todos los acusados, incluyendo los impopulares, tengan derecho a un tratamiento justo e imparcial”, señaló.
El abogado no mencionó si piensa apelar la sentencia, como había anunciado anteriormente, al considerar que, por tratarse de un homicidio en segundo grado en un acto de cumplimiento del deber, el juez debió aplicarle la libertad condicional a Van Dyke.
El incidente ocurrió en el vecindario de Archer Heights, en el suroeste de Chicago, donde el joven había estado robando radios de vehículos estacionados, armado con un pequeño cuchillo.
Luego se comprobó que McDonald, que no acató las órdenes policiales de arrojar la navaja al suelo, estaba drogado.
Van Dyke fue uno de los últimos oficiales en llegar al lugar y casi de inmediato disparó su arma de fuego contra McDonald, y no una pistola eléctrica Taser como se le había solicitado.
El agente asestó al joven 16 balazos, la mayoría de ellos cuando el joven ya se encontraba inerte en el suelo, según un vídeo que las autoridades de Chicago dieron a conocer tras el suceso y que desató grandes protestas. (EFEUSA).-
