Por Dr. Edgar León |
A la gente de Puerto Rico se le sigue tomando el pelo. Ahora, se le ofrecen propuestas y planes en las plataformas políticas como si por arte de magia se vuelven realidad. El que usted pueda hacer un plan para ganar un millón de dólares y hace una propuesta para llevar a cabo el plan, no es algo que te hará millonario automáticamente. Especialmente si usted depende de mucha gente para que su plan y su propuesta se lleve a cabo.
La gente se cree la película que le pintan y se muestra creyente de los políticos que prometen y actúan como si ya fuera realidad el plan y la propuesta. El tener fe en alguien no te da la garantía de que lo que prometen va a suceder. Recuerde que el motivo del político es subir a ser electo y luego adiós que nos vimos. La historia se ha repetido por más de cinco décadas y seguimos cayendo en la misma fantasía.
Tal vez los planes y propuestas nos ayudan a darnos una dirección y también nos muestra las prioridades que queremos pero la realidad del país es complicada.
Tenemos representados 78 subdivisiones de la isla de Puerto Rico representadas por cada municipio. Cada uno de los municipios se maneja su dinero de forma independiente y el gobierno central no tiene las garras para evitar que se descarrilen o que no la haga caso. Si los municipios son del partido contrario, entonces los ciudadanos de esa ciudad son castigados por la administración central por cuatro años hasta que sale el partido de su preferencia. Entonces, se vira la tortilla y otras ciudades son castigadas. Para arreglar esto, todo el sistema administrativo de los fondos públicos debe ser digitalizado y consolidado para el bien de todos. De esta manera sabremos cuánto dinero entra y cuanto sale de forma rápida.
Para un candidato a gobernador, el meramente escribir propuestas y firmar acuerdos no nos asegura que la gente de la isla va a cambiar el comportamiento partidista. Tenemos un factor cultural que está presente cada día el cual nos divide por colores. La brecha educativa esta cada día más notable debido a la mala calidad de las escuelas públicas y su manejo político.
La democracia nos ayuda a tener ciertos derechos esenciales. Especialmente, el derecho al voto para poner personas buenas y para sacar los pillos de la política. Mientras más educado seas, menos te pueden engañar. Hay que educar al pueblo creando un nuevo modelo educativo, eliminando el sistema central y enviando el dinero directamente a las escuelas que nos quedan. La prioridad de nuestras escuelas no debe ser por consenso entre la gente, las uniones, los políticos y todos menos los estudiantes de la escuela. La prioridad debe ser ensenar a los estudiantes de acuerdo a lo que necesiten para competir en una economía mundial. Los maestros deben dedicarse a dar clase y punto. Deben eliminar el plan de flexibilidad del Departamento de Educación que lo único que hace es dejar que el secretario maneje todo el dinero políticamente.
La Junta de Control Fiscal debe eliminar la oficina de Educación que existe en la Fortaleza. La misma se dedica a interferir en los nombramientos de superintendentes, maestros, directores y otros funcionarios del partido en mando. El gobierno federal debe exigir que se invierta el dinero según los porcientos establecido en ley federal y los fondos de acuerdo con la cantidad de estudiantes en cada escuela. La parte administrativa del Sistema Educativo de Puerto Rico debe ser mínima y digital. Esa parte administrativa se la pueden dar a cualquier estado de la nación por un precio módico y que ya tenga un modelo funcionando. Esto nos aseguraría que se le pague al proveedor de servicio en un tiempo rápido y sin depender de la burocracia que ahora tenemos.
Para un nuevo Puerto Rico debemos comenzar diciendo la verdad, limitando el tiempo de los políticos a no más de 4 años y reduciendo la legislatura a ocho personas, uno por región, que sepan hacer su trabajo sin contratar asesores. El tener políticos de carrera no solo evita que se lleve a cabo la democracia en su totalidad sino también invita a la corrupción que ahora tenemos.
Ya están aquí los federales velando el dinero que le dan a Puerto Rico. También estarán pendientes que se les paguen a todos los inversionistas lo que se le debe. YA no tendremos a la Fortaleza haciendo llamadas para que se determine a quien se le pague primero y a quien no.
La nueva visión de Puerto Rico debe ser el cambiar a los ciudadanos y su manera de pensar usando la radio y la televisión como instrumento. Hay que cerrar el sistema público de educación temporeramente para luego abrirlo con un nuevo modelo libre de toda política, presión de grupos y uniones.
No será fácil pero hay que comenzar con lo más importante. La educación del pueblo para que no le tomen el pelo. Esperamos que el artículo caiga en manos de los federales para que ayuden positivamente al cambio positivo de Puerto Rico.