A Yuyu Lara, un hombre de trabajo y honor.
Se nos fue el viejo, Maritza,
Se nos fue…
Te dejó con un dolor insoportable,
con el pecho destrozado,
con el corazón atravesado por mil puñales de sangre.
Te dejó sin saber que al irse se llevaba tu vida
Sin saber que te dejaba devastada,
sin aliento, sin pulso, sin ganas de respirar, sin fuerzas.
Te dejó huérfana en la cama.
Perdónalo, Maritza,
¿No ves que lo vencieron los años,
qué su cuerpo se desgastó lentamente,
qué las fuerzas lo abandonaron,
qué la vida se le fue sin querer,
qué la muerte le llegó como un rayo en la noche?
¿No ves que luchó como un viejo roble frente a la tempestad,
qué enfrentó la muerte con la gallardía de un Espartaco,
qué perdió su última batalla con la gallardía de un gladiador?
¿Acaso no sabes que lo venció la pena que llevaba en su corazón cansado?
¿No lo sabes?
Se nos fue el viejo, Raiza,
Se nos fue,
Se fue sin saber que también se llevaba tu alegría,
que se llevaba un pedazo de ti,
de tu corazón, de tu vida, de tu ser,
Se fue amándote tal vez como a nadie más…
orgulloso de tu esencia y de la suya.
Se fue tu viejo, Raiza
Llevándose su mirada más profunda,
Su sonrisa legendaria y leve,
Su alegría trasnochada de amarguras,
Su dolor infinito.
Se nos fue el viejo, Edward,
Se nos fue,
Se marchó después de haberte visto,
de hablarte,
de entregarte su antorcha,
Su legado de hombre de bien.
Su madrugada y su atardecer.
Su equipaje.
Se nos fue el viejo, Luís,
Se nos fue,
Pero antes te regaló su última sonrisa,
Su adiós definitivo,
Su esperanza,
Su fe.
Su nostalgia,
Su dolor de no poder abrazarte como cuando eras niño.
Se nos fue el viejo, Saide,
Se nos fue.
Antes de irse te miró a los ojos,
Te vio pequeña entre sus brazos,
Indefensa, triste, dándole esperanza.
Lloró por dentro arrepentido,
Sus lágrimas eran triste como la madrugada que lo vio partir.
Se nos fue el viejo, Radhamés,
Se nos fue dejándote un dolor que te parte en dos el alma,
Como si no lo supiera…
Se nos fue el viejo, Geovanny,
Se nos fue…
Ya no podrás cantarle para anunciar tu llegada,
Ya no podrás destapar una botella de aguardiente para beber juntos,
Ya no podrás sacarlo de su letargo,
Ya no podrás alejarlo de su tristeza con tu alegría contagiosa,
Ya no podrás levantarlo de la silla donde dormía su resaca,
Ya no podrás gordo…
Se nos fue el viejo, muchachos,
Se nos fue.
Dejó una historia escrita con sudor,
Su nombre tallado sobre piedra,
Su legado de trabajo de campana a campana,
de sol a sol,
Dejó una estrella que brillará en el sur
Una brújula para mostrar el camino.
Un mapa en el parador de sus anhelos y desvelos.
Se nos fue el viejo, muchachos,
¡Murió Papá Yuyu!
____
Juan T H