El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo que el premio Nobel que recibió el sábado fue el impulso que permitió la firma de un acuerdo con la guerrilla de las FARC, para poner fin al conflicto armado más antiguo de América Latina.
Santos, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en un ceremonia en Oslo, afirmó que el galardón “fue como un regalo del cielo y un enorme impulso” para lograr el nuevo acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), luego que uno anterior había sido rechazado en un referendo.
“En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el Premio Nobel fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz! Gracias, muchas gracias”, dijo el mandatario en la ceremonia.
La distinción otorga 8 millones de coronas suecas (871.000 dólares), que el presidente colombiano donará a las víctimas del conflicto. Santos es el segundo colombiano en recibir un Premio Nobel, después de que en 1982 el escritor Gabriel García Márquez ganó el de Literatura.
En una sobria ceremonia, el Comité del Nobel Noruego reconoció “los esfuerzos resolutos y valientes” de Santos para acabar con más de cinco décadas de una violencia que causó unas 220.000 muertes y el desplazamiento de millones de personas.
El presidente colombiano recibió el premio a nombre de las víctimas y durante la ceremonia pidió a algunas de las personas que sufrieron los rigores del conflicto, sus invitados especiales, que se pusieran de pie.
El auditorio ovacionó con sus aplausos a las víctimas, entre las que se encontraba la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, que permaneció más de seis años secuestrada por las FARC, y Leyner Palacios, quien perdió 32 familiares en un ataque de los rebeldes a los que perdonó.
CRÍTICAS Y RESISTENCIA AL ACUERDO DE PAZ
El acuerdo, logrado después de cuatro años de negociaciones en Cuba, permitirá que unos 7.000 combatientes de las FARC dejen las armas y conformen un partido político.
El pacto inicial, que se firmó a finales de septiembre, fue rechazado por los colombianos en un plebiscito, lo que obligó a las partes a reajustarlo y rubricarlo de nuevo teniendo en cuenta las críticas de los opositores.
Pero las modificaciones no atendieron los dos principales reclamos de la oposición liderada por el ex presidente Álvaro Uribe: que los jefes de la guerrilla paguen con cárcel por sus delitos y que no puedan postulares a cargos de elección popular.
Luego de romper el diálogo con el Gobierno, la oposición criticó la decisión de refrendar el pacto en el Congreso, donde el partido de Uribe es minoría. Por eso no descarta convocar a un plebiscito para sepultar el acuerdo.
El pacto ha dividido a la nación de casi 49 millones de habitantes, una sociedad conservadora donde todavía está arraigado el rechazo a la guerrilla por su pasado criminal y donde muchos aún no están dispuestos a perdonar
El Congreso de Colombia ahora debe comenzar a implementar el acuerdo a través de leyes, un proceso que de acuerdo con los expertos debe ser rápido para evitar poner en riesgo la consecución de la paz.
“Hay una guerra menos en el mundo, ¡y es la de Colombia!, El sol de la paz brilla –por fin– en el cielo de Colombia, ¡Que su luz ilumine al mundo entero!”, concluyó Santos quien dijo que lo conseguido en Colombia es un rayo de esperanza para acabar conflictos como los de Siria, Yemen y Sudán del Sur.