El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió este viernes de que un retroceso en los derechos de las mujeres es, a menudo, una de los primeros signos que apuntan a la propagación del extremismo.
“No es de extrañar que un retroceso repentino y extremo de los derechos de las mujeres sea a menudo uno de los primeros signos que advierte la propagación del extremismo violento”, dijo Guterres ante el grupo de países para la prevención del extremismo violento, establecido por Jordania y Noruega en 2017.
“Grupos como el EI (Estado Islámico), Boko Haram y otros han subyugado sistemáticamente a cientos de miles de mujeres a la esclavitud, explotación sexual, secuestro, tráfico y otras prácticas horribles”, dijo el secretario de Naciones Unidas.
Según Guterres, todos estos grupos comparten como blanco los derechos de las mujeres y, en muchas ocasiones, persuaden o coaccionan a mujeres para unirse a estas agrupaciones violentas y extremistas y para que participen en los combates o realicen atentados suicidas.
Para el secretario general de la ONU: “Es crucial asegurar que nuestros esfuerzos para prevenir el extremismo incluya las voces y las experiencias de las mujeres”.
“El trabajo de la ONU en Asia y en África ha mostrado que las mujeres están más dispuestas que los hombres a trabajar en prevención”, apuntó.
Guterres defendió, también, el reclutamiento de más mujeres para la “aplicación de la ley” y en agencias de seguridad, como posible factor pare reducir los aumentos de violencia.
Además, adelantó que, ante el aumento de los discursos y crímenes de odio, ha solicitado la creación de un equipo en la ONU para reforzar la respuesta ante este fenómeno, definir un amplio sistema estratégico y presentar un plan global para la acción.
“Una parte esencial de este trabajo será integrar una visión de género e identificar el discurso del odio que específicamente tiene como objetivo a las mujeres”, agregó.
Finalmente, insistió en la necesidad de defender los derechos de las víctimas del terrorismo y ayudarles a que rehagan su vida, además de facilitarles plataformas para que puedan ser escuchadas, tanto en sus países como más allá de sus fronteras.