Las puertas de la mansión de Los Feliz en California llevan todo el fin de semana abiertas para los camiones de mudanza. Escoltados por policía y por la prensa, que no quiere perderse la imagen, esperan la salida de Angelina o Brad Pitt para asegurarse la exclusiva. Ya hemos conocido que será Angelina Jolie la que abandone el nido familiar con sus seis hijos. La casa la compró Brad Pitt hace 22 años antes de casarse con Jennifer Aniston, y aquí es donde el actor también trabaja con su productora Plan B. Precisamente Jolie acaba de confirmar que deja el proyecto de dirección de su próxima película, Africa, para no tener que dirigir a su ex marido.
El divorcio le ha obligado a reaccionar rápido y tomar una decisión drástica, un palo para productores y actores que ya ha trastocado los planes. Algunos medios americanos aseguran que Angelina está escondida en algún lugar de Malibú con sus retoños. Las malas lenguas cuentan que mientras su ex se lamenta de todo lo ocurrido, ella ya ha buscado consuelo en los brazos de Johnny Depp, con quien de momento y de cara a la prensa, solo comparte abogada matrimonial.
Angelina bloquea el teléfono de Brad
Las esperanzas de que la ruptura de Angelina Jolie y Brad Pitt pudiera tener aún remedio se van desvaneciendo a medida que pasan los días. La actriz y directora parece tener muy clara su decisión, al punto que no querría tener contacto con el actor, ni siquiera por teléfono. Us Weekly ha publicado que, según fuentes cercanas a la pareja, Angelina ha bloqueado todas las llamadas y los mensajes entrantes que provengan de números telefónicos del que fuera su compañero durante los últimos 12 años.
Brad estaría devastado por causa del divorcio. “Ha estado llorando. Le ha pillado por sorpresa y no tenía ni idea de que ella fuera capaz de hacer esto”, ha explicado al rotativo un confidente, quien asegura que Angelina interpuso la demanda de divorcio en la corte justo antes de que esta cerrara, y Brad no tenía aún un abogado. El actor estaría muy decepcionado de que la ruptura se haya hecho pública. Pero su prioridad ahora es que los niños, a los que no ha visto desde hace una semana, estén bien.