Un municipio del norte de Puerto Rico cerró el lunes el Ayuntamiento y puso a casi todos sus empleados de vacaciones involuntarias debido a que las autoridades dicen que no tienen dinero para pagar salarios.
El alcalde de Toa Baja, Jorge Ortiz, dijo que el Banco Gubernamental de Fomento le debe a la ciudad más de un millón de dólares, aunque el banco lo refuta.
Las cuentas bancarias de la ciudad fueron congeladas recientemente por las autoridades fiscales debido a una deuda de 1,5 millones de dólares.
Los empleados esenciales, como los agentes de policía, aún trabajan en la ciudad de aproximadamente 88.000 habitantes, pero la mayoría de los burócratas están en receso. Un grupo de empleados protestaron por el cierre y exigieron salarios devengados.
El cierre se da mientras Puerto Rico busca reestructurar casi 70.000 millones de dólares en deuda pública, una cifra que el gobernador ha dicho es impagable.