El presidente Enrique Peña Nieto anunció el miércoles la salida del secretario de Hacienda Luis Videgaray en una medida que los expertos atribuyen al papel que tuvo el funcionario en la visita a México del candidato presidencial republicano Donald Trump hace justo una semana.
“Es la primera víctima de Trump”, indicó el analista Jorge Zepeda. Peña “duró seis días justificando las razones de su encuentro y al séptimo despidió al responsable”.
La visita del candidato republicano fue ampliamente criticada, y la mayoría de la población la consideró humillante debido a que Trump no se disculpó de los insultos lanzados contra los mexicanos —a quienes había llamado violadores y criminales— al tiempo en que reiteró, en la propia sede de la Presidencia de la República, su idea de construir un muro fronterizo sin que Peña Nieto hiciera ningún comentario al respecto hasta horas después.
Videgaray fue el arquitecto de la visita de Trump, debido a que era el asesor más confiable y cercano de Peña Nieto, dijo el columnista y analista político Raymundo Riva Palacio.
Incluso el mismo Trump dijo que la renuncia de Videgaray estaba relacionada con su visita. Durante una entrevista difundida en Estados Unidos el miércoles, el candidato republicano señaló que “las personas que arreglaron el viaje a México se vieron obligadas a dejar su cargo. Así de bien nos fue”.
El mandatario, que detenta los niveles más bajos de popularidad de todo su mandato, asumió como propia la idea de invitarlo en aras de abrir espacios de diálogo y dijo asumir sus consecuencias.
“Nadie me recomendó. Es una decisión que tomo como presidente de México”, dijo en entrevista con Milenio TV.
Sin embargo, a los pocos días del encuentro empezaron a proliferar informaciones en el sentido contrario.
El diario Reforma aseguró que la decisión de invitar a Trump se tomó una semana antes de la visita después de una reunión de Peña Nieto y Videgaray y pese a la desaprobación de la canciller Claudia Ruiz Massieu.
Al parecer la intención era enviar una señal de estabilidad a los mercados ante una posible victoria republicana, aunque el resultado fue todo lo contrario: críticas y lo que casi de forma unánime se consideró un error monumental.
Las críticas contra el mandatario se incrementaron cuando la candidata demócrata a la Casa Blanca Hillary Clinton anunció su rechazo a la invitación de Peña Nieto para viajar a México y calificó el paso de su contrincante por el país de “un vergonzoso incidente internacional”.
Pero más allá de la polémica sobre Trump, la salida de Videgaray tiene muchas connotaciones políticas —coinciden los analistas— ya que se trataba del consejero más cercano al presidente desde hace más de una década y que, en palabras de Riva Palacio, hacía de titular de Hacienda el 30% de su tiempo y el resto actuaba de asesor.
“Es el único secretario que tiene dignidad; decidió cambiar su futuro por el del presidente, para que Peña Nieto tenga espacio de maniobra”, añadió en declaraciones a AP.
Y el mandatario solo tuvo palabras de agradecimiento para su amigo. “Ha sido un funcionario comprometido con México y leal con el presidente de la república. Muchas gracias Luis”, dijo al anunciar su salida del gobierno.
El ex secretario, de 47 años, fue titular de Finanzas en el Estado de México cuando Peña Nieto era gobernador y luego coordinó la campaña electoral que lo llevó a la presidencia en 2012.
Posteriormente se convirtió en uno de los hombres fuertes del presidente, junto al secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, quien ahora quedaría como el sucesor natural de Peña de cara a las elecciones presidenciales de 2018, coinciden los expertos.
“Videgaray se impuso en un principio, con todas las reformas pero esta decisión sitúa a Osorio Chong como vencedor”, explica Zepeda.
El ex secretario también ha estado unido a su jefe en algunas polémicas. A fines de 2014 sendas investigaciones periodísticas revelaron posibles casos de conflicto de intereses.
El diario estadounidense Wall Street Journal aseguró que Videgaray había comprado una casa a un polémico empresario que fue favorecido con contratos públicos. Y el portal Aristegui Noticias denunció que la primera dama había adquirido una mansión del mismo empresario, Juan Armando Hinojosa, quien había firmado contratos millonarios cuando Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
La salida de Videgaray, justo en vísperas de la presentación de los nuevos presupuestos, tiene lugar cuando Peña Nieto alcanza sus menores niveles de aprobación: apenas 23%, y después de los malos resultados electorales del oficialista Partido Revolucionario Institucional, que fue castigado en junio por los votantes crispados con los altos niveles de violencia y corrupción.
Para sustituir a Luis Videgaray al frente de Hacienda, Peña Nieto nombró a José Antonio Meade, quien ya ocupó esta cartera de 2011 a 2012, al final del mandato de Felipe Calderón (2006-2012). Durante la actual presidencia, Meade estuvo a cargo de la Cancillería de 2012 a 2015 y luego de la cartera de Desarrollo Social.
Peña Nieto dijo que Meade tendrá el mandato de hacer nuevos ajustes presupuestarios pero que recaerán en el gobierno y no en la ciudadanía. La secretaría de Desarrollo Social estará ahora a cargo de un funcionario que estaba en gobernación, Luis Enrique Miranda Nava.
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Por MARIA VERZA