No hay una alternativa a crear un estado palestino, afirmaron el miércoles funcionarios palestinos, expresando su preocupación sobre los comentarios del gobierno de Estados Unidos sobre que la solución de dos estados podría ser opcional a la hora de resolver el conflicto israelí-palestino.
Sigue sin estar claro si las declaraciones en ese sentido de un alto cargo del gobierno de Donald Trump, antes de que Trump reciba el al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indican un cambio en la postura tradicional de Washington.
Netanyahu afronta una creciente presión de los ministros conservadores de su gobierno para que abandone el objetivo de una solución de dos estados, una idea que respaldó públicamente hace años, aunque con reservas.
Las voces críticas dicen que, en todo caso, la política israelí de expansión de asentamientos sobre territorios conquistados está haciendo ese acuerdo de división del territorio mucho más difícil.
“Todos los ministro del gabinete se oponen a un estado palestino, incluido Netanyahu”, dijo el miércoles a la radio del ejército israelí Gilad Erdan, ministro del gobierno y miembro del Partido Likud de Netanyahu.
El ultraconservador ministro de Educación, Naftali Bennett, advirtió la semana pasada que “la tierra temblará” si Trump y Netanyahu declaran en su reunión su compromiso con la formación de un estado palestino.
En Washington, un alto cargo de la Casa Blanca dijo el martes a la prensa que Trump está deseando empezar a facilitar un acuerdo de paz entre ambas partes y que espera reunirlas pronto.
Pero el funcionario, que no estaba autorizado a hablar de forma pública sobre la reunión, dijo que dependería de israelíes y palestinos determinar qué implicaría eso y que el objetivo era la paz, no la solución de dos estados.
Los palestinos quieren formar un estado en Cisjordania, la Franja de Gaza y el este de Jerusalén, áreas capturadas por Israel en la guerra de Oriente Medio en 1967. En negociaciones anteriores dirigidas por Estados Unidos se perfilaron las bases para un acuerdo, como una frontera basada en las líneas de 1967 que incluiría intercambios de tierra para ajustarse a algunos de los asentamientos israelíes más grandes.
El apoyo a una solución de dos estados se reafirmó el mes pasado en una conferencia internacional en París a la que acudieron representantes de más de 70 países y organizaciones.
“La solución de dos estados no es algo que se nos ocurrió de pronto”, dijo Husam Zomlot, asesor del presidente palestino, Mahmud Abás.
“Los palestinos estamos alineados con la visión internacional para la paz, con el reconocimiento oficial a Israel en 1993, sobre las fronteras de 1967… Sin embargo, Israel nunca hizo lo propio y sigue socavando las posibilidades de una solución”, añadió.
Si retira su apoyo a una solución de dos estados, el gobierno de Trump “estaría destruyendo las posibilidades de paz y socavando los intereses, la posición y la credibilidad estadounidenses en el extranjero”, afirmó a su vez Hanan Ashrawi, portavoz palestina.
No estaba claro si el gobierno de Trump pretendía declarar un cambio drástico de política con la sesión informativa del martes, que se convocó de forma apresurada.
Funcionarios del Departamento de Estado se mostraron sorprendidos por las declaraciones y dijeron no estar al tanto de ningún cambio de política sobre la idoneidad de una solución de dos estados.
Trump y Netanyahu tenían previsto reunirse en la Casa Blanca, donde ofrecerían una rueda de prensa conjunta antes de celebrar reuniones y una comida de trabajo. El mandatario israelí se desplazará después al Capitolio para reunirse con legisladores de ambos partidos.
Es probable que entre los temas a tratar entre los dos mandatarios estén los esfuerzos de paz, la ampliación de los asentamientos israelíes e Irán, así como la promesa de campaña de Trump de trasladar la embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
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Por KARIN LAUB