Las tensiones comerciales, migratorias y de seguridad continuarán entre México y Estados Unidos ya que el presidente Donald Trump cuenta con dos ases bajo la manga para continuar la discusión, el tráfico de drogas y la construcción del muro, explicó este lunes a Efe un especialista en temas fronterizos.
Bajo esa perspectiva, el investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública, del Colegio de la Frontera Norte (Colef) José María Ramos, consideró que con el acuerdo migratorio alcanzado por los Gobiernos de ambos países hace 10 días apenas ha iniciado una nueva etapa en la relación bilateral.
“Las tensiones van a seguir sobre todo porque quedan pendientes tres grandes temas: el acuerdo migratorio por el que México fortalecerá su seguridad en la frontera sur, el tráfico de drogas y el muro fronterizo”, apuntó Ramos.
Sobre el acuerdo, el también académico dijo que el problema es que “no queda claro (en un plazo de 45 días) cuál será el número de migrantes detenidos que EE.UU. va aceptar como el adecuado”.
Tras el acuerdo y ya en México, el canciller Marcelo Ebrard explicó en Ciudad de México que no acordaron con el Gobierno estadounidense “una cifra precisa en la disminución del flujo migratorio porque el asunto es que haya una reducción cada mes; no se quiso fijar una cifra porque sería contraproducente”.
Confió en que esa regulación se dará casi en automático porque se incrementará la seguridad en la frontera sur donde se desplegarán, en diversas etapas, cerca de 6.000 agentes de la recién creada Guardia Nacional.
Según cifras de las autoridades migratorias estadounidenses en lo que va del año han cruzado la frontera de manera irregular cerca de 300.000 migrantes y tan solo en mayo detuvieron a unos 144.000 migrantes.
Para Ramos otro tema fundamental “que va salir tarde o temprano” a colación es el combate al trafico de drogas porque el propio Trump lo ha planteado “forma parte de su argumentación institucional de emergencia nacional”.
Recordó que en distintas ocasiones, el mandatario estadounidense ha dicho que la frontera con México “está atrapada por redes de narcotraficantes y de redes de personas vinculadas con la trata o con el trafico de personas hacia Estados Unidos”.
Mientras que el tercer tema que reaparecerá en algún momento de la relación bilateral será el muro fronterizo porque Trump “lo plantea como la alternativa para reducir el tráfico de drogas como el de personas”.
Ramos consideró que aunque el acuerdo migratorio “disminuye un poco la tensión”, y eso significa que existen ciertos avances en la cooperación y en la colaboración, “quedan otros más polémicos que tarde o temprano van a saltar y van a generar una tensión en la relación México-Estados Unidos”.
Señaló que Trump “tiene muy claro” cuáles son sus propuestas o decisiones, por eso vinculó temas de migración con temas comerciales y arancelarios, y recordó que hace poco más de un mes ya lo hizo cuando demoró el tráfico comercial de México hacia Estados Unidos.
“En aquella ocasión su planteamiento fue: si no fortaleces tu vigilancia en la frontera sur te voy a restringir el paso de vehículos con mercancías hacia mi país”, y aunque la medida no fue duradera la implementó.
El especialista consideró como bueno el periodo de 45 días para que México implemente su estrategia para reducir el flujo migratorio.
“Sobre todo porque ya hay ciertos avances en la zona y hay que recordar que la infraestructura de control fronterizo que existe en Tapachula se dio gracias a recursos de la Iniciativa Mérida”, apuntó.
La Iniciativa, aprobada en 2008, es un mecanismo de ayuda mediante el cual Estados Unidos, desde esa fecha, ha transferido al menos 3.000 millones de dólares en programas bilaterales enfocados en reforzar la seguridad en México y Centroamérica, dando también ayudas a organizaciones civiles.
Ramos señaló que en la medida en la que se fortalecen las capacidades de policías locales y estatales “de esa manera disminuye la participación de estos grupos que se dedican al tráfico de personas.
“Entonces el reto del Gobierno de México es gestionar, de manera responsable, temas como movilidad humana, derechos humanos, seguridad fronteriza, nacional y pública y el desarrollo en la región, dimensiones que es necesario sean gestionadas por los tres niveles de Gobierno”, finalizó.
El acuerdo alcanzado el 7 de junio señala que México tiene 45 días para reducir el flujo migratorio que atraviesa su territorio con destino a Estados Unidos o, de lo contrario, se deberán considerar otras medidas y podría reactivarse la amenaza arancelaria.(EFE).-